He recuperado el miniblog, pequeños posts rápidos como si esto fuera un tuiter cualquiera.
- Los 90 de The X-Files.
- Los 2000 de Lost.
- Los 2010 de Game of Thrones.
- Y después, en la era del streaming, ¿qué?.. ¿Stranger Things? ¿The Mandalorian?
-
Hace poco mencionaba la lista de correo Nada Importa de Jesús Terrés, y esta semana ha vuelto a sorprenderme con:
La felicidad es el talento para gestionar la distancia entre lo que se desea y lo que se tiene.
Directo a las entrañas.
-
Curioso tema el de este artículo del New York Times acerca de cómo es perder tu trabajo ahora que muchos están/estamos trabajando en remoto, sin tener contacto con compañeros. Esta frase concreta también ha sido bastante directa:
“I don’t have any expectation for any company I work for to prioritize my interests”
Empresas que han tenido beneficios millonarios despiden a decenas de miles de trabajadores en todo el mundo, y a todos nos parece normal. No cogemos las picas y antorchas. Explica el artículo que cuando Nokia tuvo que reestructurarse en 2011, dio un aviso de un año a cerca de 18.000 trabajadores, a los que ayudó durante todo ese tiempo a recolocarse dentro de la empresa o en otro lugar. No estamos yendo a mejor.
-
Un larguísimo (como hace siempre) artículo de Cory Doctorow acerca de la enshittification (¿el enmierdamiento?) de las plataformas, de donde saco píldoras que merecerían enmarcarse:
“Monetize” is a terrible word that tacitly admits that there is no such thing as an “Attention Economy.” You can’t use attention as a medium of exchange. You can’t use it as a store of value. You can’t use it as a unit of account. Attention is like cryptocurrency: a worthless token that is only valuable to the extent that you can trick or coerce someone into parting with “fiat” currency in exchange for it. You have to “monetize” it – that is, you have to exchange the fake money for real money.
Google Search was based on principles set out in founder Larry Page and Sergey Brin’s landmark 1998 paper, “Anatomy of a Large-Scale Hypertextual Web Search Engine,” in which they wrote, “Advertising funded search engines will be inherently biased towards the advertisers and away from the needs of consumers.”
For many years, even Tiktok’s critics grudgingly admitted that no matter how surveillant and creepy it was, it was really good at guessing what you wanted to see. But Tiktok couldn’t resist the temptation to show you the things it wants you to see, rather than what you want to see. The enshittification has begun, and now it is unlikely to stop.
Por una casualidad de los clicks, he llegado también a este otro artículo suyo de Diciembre: “Metaverse” means “Pivot to Video”. Son textos largos para leer cuando tengáis un rato, pero 100% recomendables acerca de la situación actual de las plataformas sociales en el Internet.
-
En la nueva guerra de las redes sociales, start-ups con rondas de financiación millonarias que quieren hacer lo mismo que hace/hacía Twitter (de Mastodon no hace falta hablar, ya lleva mencionándose y existiendo mucho tiempo):
- Damus, basada en un nuevo protocolo de múltiples servidores llamado nostr. Esto me llama la atención, pero no lo suficiente como para utilizarlo.
- T2 (no se han roto la cabeza con el nombre), ha recibido 1.1M$.
- Spill, creada por un ex-Twitter, ha recibido 2,75M$.
Mi pronóstico de analista tecnológico es: Las probabilidades de llegar al año son escasas.
Mis mitomanías televisivas por décadas:
Sí, entiendo que Stranger Things pueda estar uno (o varios) peldaños por debajo para la mayor parte de los espectadores, pero en mi humilde (pero infalible) opinión, si se hubiera distribuido a un ritmo de episodio semanal igual que las anteriores, muy probablemente hubiese eclipsado cualquier otro estreno durante sus años y habría dominado (aún más) el zeitgeist televisivo de los últimos tiempos.
Hay muchas razones buenas y malas para discutir acerca de los ritmos de estrenos y las retransmisiones, y seguro que es más cómodo consumir como el espectador desea, pero no podemos negar que el impacto se diluye sobremanera. Netflix no ha sabido explotar esto, que HBO siempre supo y Disney+ sí ha entendido aún llegando mucho tiempo después.
Creo que ya lo he comentado anteriormente en otros lugares: sé que es una trampa fácil caer en la nostalgia de los ochenta, porque los que estamos en los cuarentaytantos estamos en un sector de consumo muy apetecible, por capacidades adquisitivas, por desapego con muchas producciones culturales actuales, por el falso “lo de antes siempre fue mejor” y porque, obviamente, si apelamos a un tiempo en el que teníamos diez años es obvio que en nuestro recuerdo los tiempos eran mejores, porque… lo eran. Cero problemas y cero responsabilidades.
Cuando recuerdas algo, hay una parte de tu cerebro que no sabe distinguir si está sucediendo ahora mismo o no. Si recuerdas algo feliz, sientes una fracción de esa felicidad. Si te ponen música de los 80, estilos visuales de los 80, y temáticas de los 80, y tenías ocho años en aquel entonces, es muy complicado que la nostalgia no te de una suave bofetada envuelta en un guantelete de acero de diez kilos.
Pero yo aquí venía a hablar de mi libro. He consumido cada una de las temporadas de Stranger Things en su momento, con la consabida expectación previa. Pero con esta última, la cuarta, no he podido hacerlo. Ha habido una larga pausa desde el 2019 de la tercera temporada hasta el 2022 de la cuarta, durante la que pasaron un montón de cosas en nuestro mundo real, ¿os acordáis? Algo le ha sucedido a mis procesos mentales durante estos años, en los que muchas cosas se han diluído en el recuerdo, como si hubiera pasado una década en vez de los tres años reales. Lo cierto es que no recordaba nada. Me está pasando con muchas cosas, con libros, películas y series… los argumentos se diluyen y confunden, y sólo guardo tenues recuerdos de las líneas generales.
Y esto, con mi queridísimo Piscis, quiero decir, Stranger Things, no podía ser. Quería ver la nueva temporada como debe ser, recordando cómo habíamos llegado hasta aquí y pudiendo disfrutar cada momento. Y me ha costado meses encontrar el hueco para poder volver a ver las tres temporadas que ya existían.
Así que… aquí estamos. Voy a pegarme un revisionado de Stranger Things desde el comienzo, y así podré por fin ponerme al día. Os contaré cuando termine. Let’s go.
May the 4th be with you. Always.
Últimamente he recomendado en varias ocasiones por aquí algunos textos de Jesús Terrés, autor de unas cuantas cosas en internet desde hace ya unos cuantos años, así que no era de extrañar que acabara haciéndome con el libro que publicó en el 2020 con Círculo de Tiza, recopilando textos suyos sueltos de aquí y de allá.
Son textos del siglo XXI, cortitos y al pie, probablemente en su mayoría posts de blogs o columnas de revistas (¿no es lo mismo?), casi siempre sin relación unos con otros, aunque haya unos temas y estilos globales comunes: hedonismo, cultura, savoir-vivre… así que el libro se ha prestado mucho a estar rotando por la casa para leer capítulos sueltos en distintos momentos del día, durante meses, hasta que esta semana lo he terminado por fin.
Empecé disfrutándolo sobremanera, aunque los últimos capítulos se me acabaron haciendo algo de bola… no soy capaz de diferenciar si porque no estoy yo en el mismo estado emocional o porque los textos son de distinta calidad. Algunos me parecían emotivos y brillantes, y otros poco más que name dropping ciertamente esnob (me sale poner la palabra en inglés y en cursiva, pero no soy quién para llevarle la contraria a la RAE).
Recomendable en cualquier caso, no prestéis atención a mis quejas porque yo soy una persona peculiar que no sabría cómo comer en Mugaritz y no me he tomado una copa de nada que lleve alcohol en la vida, así que mi distancia cultural con el autor en algunos temas es corta pero en otros me pilla más a desmano que Aldebarán. La estrella, no el Caballero del Zodíaco. Por puntualizar.
Ya que me he puesto a recuperar todo el contenido que creé para el antiguo blog de neverbot.com (desde el año 2006), he pensado que por qué no rastrear algunos contenidos aún más antiguos que fui dejando aquí y allá por todo internet en épocas incluso anteriores.
He recordado que escribí algunos artículos para el (por desgracia) extinto portal de literatura de género (fantasía, ciencia-ficción y terror) cYbErDaRk.net (con el tiempo reconvertido en tienda, y a la postre vendido a dueños distintos). En aquel principio de siglo aglutinó a la mayor parte del fandom español de ciencia-ficción y fantasía, tenía unos foros con una actividad envidiable y publicaba periódicamente artículos sobre ediciones contemporáneas y pasadas, y temas afines. En aquella época era un forero asiduo, y acabé entrando a formar parte del “equipo” de colaboradores que escribían artículos para la portada, hace ya (¡glups!) 20 años.
En mi lejana memoria quiero recordar alguno más, pero he conseguido encontrar estos dos en concreto (¡largos!), sobre cómic relacionado con otros temas que se tratasen en las mismas fechas, y alguna reseña de libros de la época:
Artículos
La ciencia ficción según Masamune Shirow
X2, tras la sombra del cómic
Reseñas
La noche roja, de León Arsenal
Si consigo recordar alguno más, lo dejaré por aquí apuntado, y lo publicaré con la etiqueta cyberdark.
Recuperamos la tradición de las reseñas cinematográficas relámpago, en la que sería la entrada número XXXI, pero lo de llevar la cuenta se hace cansino, así que lo dejamos.
You People (La gente como vosotros, 2023)
Ñé. Buenismo bien para tratar los temas raciales de los estadounidenses, pero todo muy edulcorado. Mira que me gustan Jonah Hill y Eddie Murphy (que aquí tiene un papel muy seriote), pero aún así no ha conseguido parecerme más que prescindible. Una producción del nivel de Netflix, guiño, guiño.
I came by (Pasaba por aquí, 2022)
Si la anterior era prescindible, poco puedo decir de esta. Me dormí media hora viéndola y no me perdí nada, el final fue perfectamente entendible. Sólo destaco que me ha hecho gracia ver a Hugh Bonneville en un papel de villano cuando en mi mente sólo puedo relacionarle con Robert Crawley, el muy honorable Earl de Grantham en Downton Abbey.
Knock at the Cabin (Llaman a la puerta, 2023)
Una de las escasas vueltas al cine del último año, donde cada vez veo las salas más vacías sin importar la película, el cine o el pase al que vayas. Como todo lo de Shyamalan, una impecable factura técnica, planos tensos y sostenidos, desconocimiento de lo que puede ocurrir hasta el final de la película, y… y una sensación al final de “pues tampoco me has contado nada”. Vale la pena por el viaje, no por la historia. Yo sigo siendo Team M. Night Shyamalan.
Just Mercy (Cuestión de Justicia, 2019)
La historia del primer preso en el corredor de la muerte en el estado de Alabama que acabó demostrando su inocencia y siendo puesto en libertad. Correcto Michael B. Jordan, muy bien Jamie Foxx. Le sobra fácilmente media hora de metraje y, puestos a recomendar: los títulos de crédito en los que hablan de los personajes reales en los que está basada la película tienen algunos datos escalofriantes.
La semana pasada (la cuarta del año) estuve bastante ocupado con asuntos del Mundo Real™, así que hubo poco tiempo internetero y, por tanto, poco que resumir. Esta semana retomamos la actividad:
Meta meme.
A blast from the past.
Este post forma parte de una serie sobre el revisionado completo de todo Star Trek, es recomendable empezar por ahí.
Pues entramos en harina. Después de ver el piloto perdido no aprobado por la cadena, empezamos con la primera temporada propiamente dicha. Spoilers ahead, obviamente, pero que esto tiene ya casi 60 años desde que se emitió por primera vez.
The Man Trap (s01e01)
Por fin el elenco definitivo de la serie original, William Shatner como el Capitán Kirk, Leonard Nimoy como el primer oficial Doctor Spock y DeForest Kelley como el médico Leonard “Bones” McCoy, como personajes principales. Aparecen como secundarios en este episodio varios de los futuros protagonistas: George Takei como el piloto Hikaru Sulu y Nichelle Nichols como la oficial de comunicaciones Nyota Uhura. Nos faltan por ahora Scotty y Chekov. Qué cosa más bonita de tripulación.
La Entreprise llega a un planeta remoto a proporcionar los obligatorios exámenes médicos de la Federación a sus dos únicos habitantes: un arqueólogo y su esposa. Enseguida se tuerce la situación cuando los espectadores vemos que cada personaje percibe a la mujer como una persona diferente. ¡Ups! Algún tipo de cambiaformas, y se infiltra en la Enterprise. Pobre McCoy, que pensaba que iba a visitar a un antiguo amor de juventud.
Tremendo esto, me ha encantado. Con un poco de corchopán y decorados de obra de teatro de colegio ya tienes en 1966 montado el inicio de una franquicia interminable.
Curiosidad del día: Sulu es una palabra difícil de pronunciar en japonés, por lo que en algunos de los doblajes nipones Sulu se llama Kato.