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Pagafantas

No puedo con estas películas, lo siento. Para disfrutar de una obra narrativa necesito crear algún tipo de relación de empatía con quien la protagonice, ya sea Sarah Jessica Parker en Sexo en Nueva York o Jean-Claude Van Damme en Blanco humano. Necesito que haya un factor de deseo egoísta como espectador en una obra de ficción. Es mi evasión. Puedo imaginar cómo sería ser una mujer soltera, neurótica e independiente, empatizo y deseo que el personaje alcance sus objetivos tomándolos como propios. Puedo imaginar como es la vida de Riesgo Boudreaux y deseo que cada una de las patadas duela tanto como parece. Comprendo los deseos de política expansionista de Sauron, y las razones aristocráticas de perpetuación de la familia real de Aragorn. Comprendo las razones que llevan a Tom Hanks a aparecer en lo alto del Empire State esperando todo y nada a la vez.

Pero no puedo comprender a un personaje como el pagafantas, por más que lo intente. No soporto al personaje del perdedor del que hay que reírse. Un perdedor serio tiene su gracia, un perdedor en una comedia me angustia. No me meto en la película y así no hay manera. De esta os quedáis sin crítica porque, al igual que no comprendo la ópera y no sería de recibo que intentara opinar sobre una, tampoco comprendo estas películas.

De hecho esto me lo quito de encima ya, no tengo ganas ni de dejarlo como borrador para no tener que volver a pensar más en ello.