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    Lo mejor del 2024

    Frieren

    frieren

    葬送のフリーレン, Sōsō no Furīren

    Y ya está. Con esto podría terminar la lista de lo mejor del 2024. Ya mencioné la serie cuando empecé a verla en noviembre del 23: manga con 22 millones de tomos vendidos, premio Manga Taishō 2021, mejor nuevo creador 2021 en el Tezuka Osamu Bunkashō, Shogakukan Manga 2023 y Kodansha Manga Shōnen 2024, y espectacular serie de Madhouse de 28 episodios a la espera del estreno de la segunda temporada.

    Si sólo vas a ver algo de este año, que sea Frieren.

    Menciones honoríficas: Solo Leveling me ha sorprendido gratamente. Yamada-kun (Yamada-kun to Lv999 no Koi wo Suru o Mi historia de amor con Yamada-kun a nivel 999) ha sido muy divertida. Mucha gente menciona Fallout como algo que hay que ver, pero para mí Silo estuvo muy por encima un año antes. Y no he visto aún Shogun, que probablemente sea de lo mejor del año en televisión, pero está por comprobar. Tokyo Vice terminó este año 2024 tras dos temporadas inmensas en las que no he visto a nadie hablar de la serie… y aunque termina más o menos cerrada podría haber continuado pero decidieron cancelarla. Malos tiempos para la prestige tv.

    Perfect Days

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    Win Wenders me pilló con la guardia baja y en un año en el que certifico con mi sello de calidad particular la muerte del cine como medio de masas, es la mejor película que podemos salvar de la produccion anual. No era nada de lo que me esperaba y fue mucho mejor de lo que podía prever.

    Hay cosas que tengo pendientes que quizá merezcan la pena: The Brutalist, A Real Pain… pero en general he visto pocas cosas que salvar. Y, bueno, que todo es “parte 2” y eso me ha dado mucha pereza: Dune, Gladiator, Furiosa, Inside Out, Joker… cuando no es ya la parte diecinueve, y ni aún así, yendo supuestamente a tiro hecho, salen producciones aceptables. La confianza en las majors ha desaparecido y ya no apetece mucho ir al cine.

    De Deadpool y Lobezno no puedo decir nada, porque ya sé que es una cosa para pajerillos autoreferenciales, pero para sorpresa de nadie me lo pasé teta.

    Mission: Impossible 2, de perdidos al río

    Este post forma parte de una serie de entradas sobre Mission: Impossible, es recomendable empezar por ahí.

    Dejamos la precisión de Brian De Palma para aterrizar directamente en una locura de motocicletas voladoras, explosiones a cámara lenta y palomas blancas en pleno vuelo. Mission: Impossible 2 es la secuela en la que Tom Cruise decidió que la sutileza era opcional y que lo suyo iba a ser un desfile de testosterona estilizada. ¿El responsable? John Woo, maestro del cine de acción de Hong Kong, que trajo consigo su arsenal de movimientos en cámara lenta, tiroteos coreografiados y simbolismos visuales.

    ¿El resultado? Pues a ver, qué te voy a decir yo que no sepas tú ya. Una película absurda. Puede ser divertida, siempre que vayas preparado para dejar la lógica en la puerta. Y estoy seguro de que en el año 2000 esto tuvo otras interpretaciones, cuando Internet todavía no estaba tan extendido como lo está hoy en día, y los fans del cine de Hong Kong venían de etapas previas intercambiando cintas VHS. Estoy seguro de que hay quien la defiende, y sus virtudes tendrá, pero no era su público en su momento y sigo sin serlo.

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    Ethan Hunt pasa de ser un espía con cara de póker a un héroe romántico a la vez que guerrero acrobático. ¿La misión? Evitar que un virus letal llamado Chimera caiga en manos equivocadas, la excusa para ver a Cruise haciendo cabriolas escalando montañas, esquivando balas mientras hace piruetas, y teniendo un duelo final en motocicletas que desafía todas las leyes de la física y del sentido común.

    No quiero entrar mucho en el folleto turístico mal entendido acerca de las fiestas tradicionales españolas, donde mezclan la Semana Santa con las fallas en un pueblo que parece más México que Sevilla.

    Honrar a los Santos quemando cosas. Curiosa manera de venerarlos, ¿no cree? Por poco me queman al venir hacia aquí.

    Anthony Hopkins en Mission: Impossible 2

    Que no es que a mí me importe mucho esto, pero vaya, que son dos minutos de documentacion para no meter la pata. Y más para hacerle a Anthony Hopkins soltar estas frases (no aparece ni en los créditos pese a tener varios minutos en la película). Hollywood a veces tiene una visión muy peculiar del mundo.

    En cualquier caso, esta Mission: Impossible 2 nos queda como el hijo rebelde de la saga: imperfecto, exagerado, pero lleno de momentos de entretenimiento noventero dando sus últimos estertores ante el cambio de siglo. Pero si hablamos de algo noventero, recordemos que la película empieza con esta banda sonora. Y eso no nos lo puede quitar nadie.

    Star Wars: Visions (Temporada 1)

    Este post forma parte de una serie sobre todo Star Wars, es recomendable empezar por ahí.

    La primera temporada de “Star Wars: Visions” es una antología animada, compuesta por nueve cortometrajes, cada uno creado por diferentes estudios de anime japoneses. Cada episodio cuenta una historia independiente con personajes y tramas originales, ofreciendo una reinterpretación que fusiona la estética y la narrativa del anime con el universo de Star Wars.

    Episodio 1: The Duel

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    El primer episodio de “Star Wars: Visions” se titula “The Duel” y está producido por el estudio Kamikaze Douga. Este episodio reinterpreta del universo de Star Wars con el estilo visual del cine samurái. Mira que la animación no es nada del otro mundo, unas tres-dé sencillas, pero con una dirección de arte principalmente en blanco y negro que le da un empaque mucho mayor de lo que tendría de otro modo.

    “The Duel” sigue la historia de un misterioso ronin que llega a un pequeño pueblo, justo antes de ser atacado por un grupo de bandidos liderados por una Sith con un sable de luz que nos deja lóquerse le acopla un “adaptador” que refleja o divide la hoja como si fuera el esqueleto de un paraguas.

    Muy samurái y mucho samurái. Empieza muy top la antología.

    Episodio 2: Tatooine Rhapsody

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    Producido por el estudio Studio Colorido, nos cuenta la historia de Jay, un joven padawan que se convierte en el vocalista de una banda de rock llamada Star Waver. Sí, rock en Star Wars.

    Durante un concierto el bajista, un joven Hutt llamado Geezer, es capturado por un Boba Fett muy kawaii, trabajando a las órdenes de Jabba el Hutt. Y bla bla, el poder de la amistad y la música y un concierto en el circuito de vainas de Mos Espa.

    Me ha dado una impresión muy de “anime tradicional”: si quitamos las referencias a Star Wars y nos imaginamos unos chavales montando un grupo de música y metiéndose en líos con unos yakuza, tenemos una serie montada de varias temporadas.

    Episodio 3: The Twins

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    Wow. El estudio Trigger se vino arriba con esto. Un estilo muy Kill la kill (obviamente de los mismos creadores) con una animación visualmente espectacular.

    “The Twins” cuenta la historia de Karre y Am, dos gemelos creados por el lado oscuro y entrenados para utilizar una súper arma que puede destruir planetas (novedad). Uno de los hermanos empieza a cuestionarse las cosas y ya todo el episodio es una pelea espectacular entre ambos gemelos.

    No tiene sentido alguno, la gente por el espacio respirando y hablando como si no pasara nada, y un final con una variación de la maniobra Holdo que tanto me hizo tirarme de los pelos con Episodio VIII. Pero es divertido.

    Mission: Impossible, la primera, ojo aquí

    Este post forma parte de una serie de entradas sobre Mission: Impossible, es recomendable empezar por ahí.

    Montaña rusa de adrenalina que viaja en el tiempo desde 1996 hasta el salón de tu casa para recordarte que ya no se hacen películas como las de antes.

    Tenía yo miedo de sufrir una retrorotura al refrescar esta primera aparición de un Tom Cruise aún con aspecto casi juvenil después de varios lustros desde la última vez que la vi… pero no. Esto aguanta el tipo de los tiempos modernos casi en su totalidad y resulta agradecida de ver.

    Mission: Impossible

    ¿Qué podíamos esperar en su momento? El meme del “focus” que tanto ha repetido Dwayne Johnson queda en nada frente a la capacidad de Tom Cruise de sacar proyectos adelante y tener una visión clara de lo que quiere hacer. Un protagonista que ya estaba en lo más alto de Hollywood (ya venía de hacer cosas como Entrevista con el Vampiro, Algunos hombres buenos, Nacido el 4 de Julio o Rain Man). Un director, Brian de Palma, que habiendo firmado películas como Carrie, Scarface o Los Intocables de repente le da por intentar un blockbuster de acción. Dos guionistas que venían de Jurassic Park y La Lista de Schindler.

    Si es que no podía salir mal. Y no salió mal.

    La película se presenta como una fiesta del engaño, donde nada es lo que parece y todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Desde la inolvidable escena inicial en Praga, con su combinación de tensión y traición, queda claro que Brian De Palma vino a jugar. Es una lección de cómo construir suspense con pequeños detalles, silencios inquietantes, y la música de Danny Elfman que le da ese toque casi operístico y el tema original de Lalo Schifrin versionado para la ocasión por Adam Clayton y Larry Mullen Jr. (los “menos famosos” de U2) proporcionando el toque de magia nostálgica.

    Por supuesto, si hay una secuencia que se ha incrustado en la memoria colectiva, es la del robo en el cuartel general de la CIA. Ethan Hunt colgando de un cable, sudando la gota gorda, en una coreografía de precisión que demuestra que, a veces, menos es más. Nada de explosiones exageradas ni persecuciones interminables; solo tensión pura y un silencio ensordecedor que te hace aguantar la respiración.

    Y luego está el final en el tren bala, que para la época era una oda al exceso pero que ahora se siente deliciosamente retro, con el cine de acción ya eclipsado en tiempos post Michael Bay. Los efectos especiales pueden haber envejecido un poco (no mucho), pero la energía de la escena, con helicópteros dentro de túneles y Cruise aferrándose al techo como un gato callejero, sigue siendo magnética. Un recordatorio de lo que puede suceder cuando una película está dirigida con estilo, interpretada con carisma y no tiene miedo de ser un poquito extravagante.

    Star Trek: La Serie Original (S01E02)

    Este post forma parte de una serie sobre el revisionado completo de todo Star Trek, es recomendable empezar por ahí.

    Segundo episodio de la serie original, Charlie X (s01e02), emitido por primera vez el 15 de septiembre de 1966. La Enterprise recoge a un joven náufrago que ha crecido sin contacto humano, Charlie Evans, un adolescente de 17 años que no sabe cómo comportarse en sociedad.

    Al principio, Charlie se esfuerza por entender las normas y comportamientos humanos. Se encariña con la asistente/ayudante de campo Janice Rand (el cargo es yeoman, que se traduciría al castellano como edecán, pero no estamos para estos tecnicismos), pero sus avances son inapropiados y no correspondidos.

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    Y qué lío aquí… algo que claramente no es del todo humano intentando aprender comportamientos humanos, a la vez que su parte humana llega a la adolescencia siendo varón, y tenemos al Capitán Kirk intentando explicar lo que está bien y no está bien en las relaciones sociales entre hombres y mujeres… en 1966. Podría haber envejecido exageradamente mal y haber sido algo muy turbio de ver a estas alturas, pero… sorprendentemente tampoco ha estado mal. Star Trek siempre fue muy avanzado a su época.

    Como curiosidad, se puede intuir un principio de tonteo entre Uhura y Spock que nos dará para muchos debates futuros. Y el ajedrez 3D, que siempre mola.

    Mayoría de edad de neverbot.com

    Pues con esto y un bizcocho, este blog ha cumplido la mayoría de edad (según la mayoría de países relativamente civilizados): hace dieciocho años que empecé a escribir en neverbot.com. Ni uno, ni dos, ni tres, sino dieciocho.

    Aniversarios:

    Y para celebrarlo, añadimos ahí a la derecha algo que nunca quise tener y he tardado dieciocho años en hacer: una columna lateral con enlaces a las secciones más o menos “estáticas” del blog, que voy modificando con relativa frecuencia. Que si no salen ahí seguramente nadie sabe que este blog lo uso para ir anotando cosas además de las entradas habituales.