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    Lost: Epic win o Epic fail. Como si importase

    Ha terminado Perdidos.

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    Internet hierve con opiniones múltiples que se reducen a dos posibles:

    • a) El final es el perfecto, porque se centra en los personajes, y la serie iba de eso.
    • b) El final es un timo, porque la serie es sobre los misterios y no los resuelve.

    Lógicamente, comprenderéis que estoy completamente de acuerdo con la primera opción. Los misterios son un añadido. La isla entera es el McGuffin que ha servido de excusa durante seis temporadas para contar las relaciones personales de los protagonistas. El viaje de la razón a la fe de Jack, la traición de Michael, la evolución de Sawyer hasta comprometerse con Juliet, las indecisiones de Kate, la pérdida del poder de Ben, las dudas y la culpa de Locke. Seis años de construcción a base de pequeños matices que hacen que los comportamientos de todos ellos tengan perfecto sentido.

    En general, el centro del argumento ha sido la soledad y el aislamiento. Los personajes atrapados y perseguidos. En su vida, en una jaula, en otra jaula, en una cueva, en una isla. Personajes con una vida en la que estaban perdidos, sin un sentido, quizá un guiño desde el propio título de la serie, que no indica que se hayan perdido en una isla, sino en la vida. Y, siguiendo uno de los lemas de la serie, vivir juntos, morir solos, los personajes han dejado de estar perdidos para encontrarse, para crear lazos entre ellos dejando atrás todo lo previo, y ser capaces de avanzar juntos.

    ¿Ha merecido la pena? Sin duda. Esta serie redefine la forma de entender el entretenimiento televisivo (aunque dudo que su esquema se repita a corto plazo) y marca el imaginario colectivo. Ahora las comparaciones son “es como en Perdidos”. Eso muestra que el viaje ha merecido la pena, incluso en los momentos en los que no iba en dirección alguna (que los ha habido).

    ¿Y los misterios? Como digo, son el McGuffin. La estatua, los otros, la cueva, el humo negro, los números, la lucha entre el bien y el mal. No es necesario añadirles una explicación para que todo lo que he mencionado anteriormente tenga sentido, y tenga planteamiento, nudo y desenlace. Incluso con todos los experimentos narrativos, con flashbacks y flashforwards y una realidad alternativa que es y no es alternativa, incluso con todo eso, hay un principio y un final claros de la historia, cerrando el círculo con el ojo de Jack, en el mismo lugar donde empezamos.

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    Jack y Kate, Locke, Sayid y Shannon, Rose y Bernard, Charlie y Claire, Jin y Sun, Boone, Juliet y Sawyer, Desmond y Penny, Hugo y Libby. Y Christian abriendo las puertas. ¿Tiene sentido que sean estos personajes y no otros? ¿Están todos los que son o son todos los que están? No importa, ya que al final todos están juntos, en el templo en el que conviven todas las religiones, indicando quizá que todas las posibles interpretaciones son igual de válidas.

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    Qué duda cabe que yo tengo mi propia interpretación sobre todos esos posibles misterios, pero eso queda para otro post y otro día. Hoy no toca. Creo que quienes esperaban que hoy se explicaran otras cosas en el episodio final no tienen del todo claro cómo funciona la televisión.

    Sobre la emisión: Un último episodio doble emitido con torpeza, incompetencia y falta de profesionalidad por parte de Cuatro en España, intentando hacer algo para lo que no están capacitados. Con subtítulos mal escritos, desacompasados, en ocasiones repetidos en la escena que no correspondía, con frases más largas de lo que permitía el ancho de pantalla… y emitiendo alrededor de diez minutos menos que se han saltado por arte de magia. Han explicado la razón por la que no merece la pena ver televisión a través de la televisión. Han continuado con lo que ellos llaman un debate sobre el final y yo llamo cuatro frikis incapaces de articular polisílabos mostrando su desconocimiento manifiesto sobre la narrativa televisiva. Entre esto y Manolo Lama os va a costar que vuelva a ver programas vuestros.

    Prince of Persia: Las arenas olvidadas

    Es probablemente la peor película por la que he pagado dinero por ver en un cine. Y he pagado por muchas.

    Conociéndome, aquí irían media docena de párrafos quejándome de cada una de las cosas que me parecen lamentables de la película, y cómo no se salva en ningún aspecto, ni guión, actores, montaje, efectos, fotografía… ni nada. Ni en respeto a la figura original en la que se basa la película, si eso realmente debiera importar. Pero es que el despropósito es de tal envergadura que no voy a gastar bytes en eso. Todos los fallos habrán sido perfectamente visibles en las proyecciones de prueba del montaje, así que sólo cabe achacarlos a pura malicia. Si me dijeran que el director era Uwe Boll me lo habría creído.

    Actualización al día siguiente: Vale, quizá he exagerado por la mala sensación que me llevé ayer. Quizá sólo es la peor del último lustro.

    The End

    Resumen de lo sucedido acerca de Perdidos, la serie:

    En Estados Unidos esta semana se ha emitido el episodio 6x16 What they died for. Si estáis siguiendo la serie en versión original, es el que os habréis descargado esta semana. En España se ha emitido hasta el inmediatamente anterior, 6x15 Al otro lado del mar.

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    ¿Cómo ver el final de la serie desde España?

    La madrugada entre este próximo Domingo 23 al Lunes 24, la emisión será como sigue:

    • 2:50h Especial de diez minutos sintetizando cinco temporadas y media. Me parece ambicioso.
    • 3:00h Reemisión de los capítulos 12 a 15 de la sexta temporada, que ya han sido emitidos previamente en castellano. Incluye: Todo el mundo quiere a Hugo, El último adepto (o El último recluta, dependiendo de la traducción), El candidato y Al otro lado del mar.
    • 5:45h Emisión del episodio 16 What they died for, en inglés subtitulado. Mi recomendación es que, si lo vais a ver subtitulado, bien os lo podéis descargar antes de ese momento y verlo en un horario menos intempestivo.
    • 6:30h Emisión del doble episodio final (The End) en inglés subtitulado, con media hora de retraso con respecto a la emisión en ABC en Estados Unidos. Es un retraso muy admisible para poder incrustar los subtítulos, así que probablemente sea la fuente más rápida de donde obtenerlo.
    • Después encadenarán con una serie de especiales y el programa Matinal de Cuatro, que analizará varios aspectos y hará un seguimiento con conexiones con Los Ángeles. Eso ya me parece exagerado.

    Si queréis esperar para verlo traducido y doblado al castellano, la emisión será el siguiente fin de semana:

    • Sábado 29, 20:00h, emisión de What they died for doblado.
    • Domingo 30, hora no confirmada, emisión de The End doblado.

    Recomendación personal, para los que vayan más o menos la día:

    • Descargad los episodios que os falten hasta Al otro lado del mar (si lo veis doblado) y vedlos.
    • Tanto si lo veis doblado como si no, asumámoslo, internet será un hervidero al día siguiente, así que será mejor ver los últimos episodios en inglés antes que tener que aguantar a la gente opinando y/o chafando algo. Descargad What they died for en inglés subtitulado al castellano, y vedlo durante esta semana, antes del Domingo.
    • La madrugada del Domingo para el Lunes, poned el despertador a las 6:15 (con quince minutos para desperezarse y tomar un café) y ved The End en versión original subtitulada en Cuatro, será lo más rápido y eficiente.

    Más información en la página de cuatro sobre La noche perdida.

    Esto de los blogs... a veces no lo veo claro

    Veo en microsiervos.com una imagen (en sus resúmenes semanales) sobre un prototipo de bicicleta eléctrica de Volkswagen. Podemos dejar aparte el hecho de que una bicicleta con motor eléctrico y sin pedales no es una bicicleta, sino un ciclomotor, que requiere una licencia de conducción y es un vehículo al que se aplican otras normas… pero yo voy a otra cosa.

    • La noticia la escribe uno de los microsiervos en el diario web (profesional) lainformacion.com, enlazándola a:
    • Chrunchgear.com (uno de los blogs de la red profesional TechCrunch), con un post del 29 de Abril. Ellos incluyen un video de Youtube en lugar de las fotos del aparato. En ese mismo post enlazan a:
    • Gizmodo.com (uno de los blogs de la red Gawker Media, como Kotaku o LifeHacker), en un post del mismo día. Incluyen el vídeo y la foto. Y también enlazan a (es decir, sacan la “noticia” de):
    • FastCompany.com (de Mansueto Ventures, los mismos que Inc.com), que habían utilizado exactamente la misma foto y el mismo video el día anterior. Y, obviamente, también enlazaba a:
    • Autobloggreen.com (de Weblogs, Inc, como Engadget, Joystiq, TUAW, y otro millón de blogs más), en otro post del mismo día (28), con la misma foto y el mismo vídeo (*sigh*). Y, ¿cómo suponéis que sigue esto?
    • Pues finalmente llegamos a una página web de aspecto cutrón, Zer Customs, informando de que el aparato se presentó en un salón de China. Aquí ya no incluyen enlaces, así que probablemente venga de otra página china.

    ¿Nunca habéis jugado a esto? ¿No os parece que entre medias hay un millón de empresas que ganan un pastizal sin ofrecer absolutamente ningún valor añadido? ¿No os parece que esas páginas únicamente dan pequeñas limosnas al equivalente a becarios para que naveguen por internet y copien y peguen lo que encuentren? ¿Ese modelo tiene algún futuro?

    Sí, claro que esos “portales agregadores de noticias” (porque no son otra cosa aunque se disfracen con el traje de un blog) basan su funcionamiento en la economía de la atención, pero cuando eso es lo único que tienes, sin ningún valor intrínseco como empresa, esa atención puede desaparecer tan rápido como vino.

    La parábola del fútbol

    Ayer se jugó el partido de vuelta de las semifinales de la Copa de Europa (siempre me gustaron más los nombres clásicos). Si has estado encerrado en un refugio nuclear durante la última semana, el Barcelona intentaba remontar un resultado en contra ante el Internazionale de Milán. No lo consiguió. Una pena, pero ya habrá más oportunidades.

    Lo curioso, y a lo que viene este apunte, es que hacía días que se notaba en el ambiente en Madrid una extraña comezón por parte de todos aquellos aficionados cuyos equipos no jugaban el campeonato. Y, llegado el partido, medio país (y más de medio Twitter, parece ser) comentaba con una excesiva ironía y sarcasmo cada lance del juego. No había independencia ninguna en su posición, del mismo modo que no la tenían los comentaristas de TeleMadrid, donde tuve la desgracia de ver el partido. Al finalizar, aficionados de otros equipos que no participaban en el campeonato salieron a celebrar la derrota a las calles, a falta de algo propio que festejar. En determinados lugares de la ciudad se lanzaban petardos y se exclamaban soflamas contra el equipo perdedor y contra su comunidad autónoma.

    Esta noche, en otro campeonato europeo, Atlético de Madrid y Liverpool se enfrentan en otro partido de características similares. Las posibilidades de que nadie celebrase una victoria inglesa son prácticamente nulas.

    Analizando esto, España se comprende perfectamente. Sólo hay dos. En todo. Nacionales y republicanos. Rojos y azules. Socialistas y peperos. Madrid y Barcelona. Nacionalistas y constitucionales. Belén Esteban y la Campanario. No me entendáis mal, no intento realizar paralelismos entre estas distintas clasificaciones, sino mostrar que no somos capaces de tener sentimientos comunes de ningún tipo. Sólo puedes estar conmigo o contra mí. No puedes triunfar tú y que yo me alegre. La victoria del “contrario”, incluso cuando no me afecta para nada, deben implicar un sentimiento negativo en mí. Y los terceros no importan, porque no son nadie. Da igual el Atlético de Madrid, da igual Izquierda Unida, todo lo que no sean A o B no son más que molestias a ignorar. Incapaces de que A y B compartan nunca nada, y preocupados en ignorar a todos los demás, quizá ya nunca seremos nada más allá de nuestras fronteras.

    España, a todos sus niveles, se comprende perfectamente a través de su fútbol.

    Intenta hacer algo

    Todas las personas que intentan hacer algo tienen ante si a tres grupos de individuos: los que intentan hacer lo mismo; los que intentan hacer justo lo contrario; pero, sobre todo, y mucho más numerosos, los que hablan y hablan y no hacen absolutamente nada.