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    Every phone conversation has a loser

    Text and email are polite invitations to a conversation. They happen at the speed and leisure of both the sender and the receiver. In stark contrast, when you get a phone call, it’s almost always a convenient time for the caller and a bad time for the recipient, who I refer to as the “victim” because I insist on accuracy. My philosophy is that every phone conversation has a loser.

    Scott Adams (el Scott Adams de Dilbert).

    Mi opinión sobre Flash en dispositivos móviles (incluyendo iPhone)

    Lo estaba escribiendo para una lista de correo en la que participo, pero me ha parecido que tenía más sentido aquí. Supongo que es una forma de demostrar que sólo es mi opinión, y no una forma de intentar imponer dicha opinión al resto de participantes de la lista de correo.

    Action Script (el lenguaje de programación de la plataforma flash) nunca se ha podido utilizar para desarrollar sobre iPhone, ni como web ni como aplicación nativa, así que no creo que nadie haya perdido su tiempo ni haya sido engañado.

    Razones por las que esto, además, tiene sentido:

    1. Porque flash es una plataforma horrenda que necesita todos los recursos de la máquina, y en móviles eso no es aceptable. Hasta en un equipo de escritorio el uso de procesador se dispara con cualquier cosa bajo flash.
    2. Porque va en contra del ecosistema de aplicaciones actual (aunque acepto que esto es discutible), cambiando el look & feel de forma que cada aplicación sea de su padre y de su madre, sin usar el API común de iOS.
    3. Porque destruye el sistema de capitalización de Apple. Y con tanta discusión sobre libertad al final quizá se nos olvida que el tema central es este… esa es la razón por la que existe el teléfono. Apple no lo ha diseñado y comercializado para que la gente tenga debates sobre la libertad en el software, sino para crecer como empresa y ganar cuota de mercado.
    4. Porque flash se diseñó para interfaces con ratón, no para interfaces táctiles. Y hay una diferencia bastante más grande de lo que parece, la misma que ha causado que ningún Windows Mobile haya servido para más que para dar vergüenza ajena (aunque tengo esperanzas en Windows Phone 7).
    5. Porque aparte de marketing y algún minijuego para web, no hay ningún sistema realmente importante que utilice tecnología flash. El 99’99% de las páginas web relevantes son plenamente funcionales navegando bajo iPhone sin necesidad de flash consumiendo batería. De hecho en mi caso el 100% de las páginas web por las que navego no utilizan flash.

    Querer desarrollar utilizando Action Script para un móvil demuestra un desconocimiento muy grande en los campos de desarrollo móvil y de economía básica, teniendo en cuenta que el porcentaje de navegación por Internet sobre iPhone viene a ser casi tan grande como la suma de todas las demás marcas y modelos del mercado juntos.

    Vamos, que esto es como protestar porque no puedo utilizar Haskell para desarrollar sobre un teléfono de HTC. Nadie lo hace porque Haskell es un lenguaje que no le añadiría nada al teléfono y porque como a HTC no le reportaría ningún beneficio nadie considera que “deba” hacerlo. Pero no es HTC, es Apple.

    Así ya no tengo que escribir lo mismo cada vez que hable con alguien del mismo tema (que ya han sido muchas). Puedo proporcionar sólo un enlace y así ahorro tiempo.

    Prioridades según Google

    Según el nuevo sistema Priority Inbox del servicio de correo de Google, GMail, sólo existen dos tipos de conversaciones: las prioritarias, y las irrelevantes. No sé si sorprenderme o si pensar que tienen razón y empezar a valorar todo el universo según estas dos únicas categorías. De hecho no sé si incluso ya lo vengo haciendo de antes…

    irrelevantes.png

    Echar balones fuera: el deporte nacional

    Por segunda vez en lo que va de año (una por contrato/empleador) la gestoría encargada de preparar mis nóminas ha tomado decisiones erróneas, y me ha supuesto retenciones menores de lo que debían ser. La declaración del año que viene va a ser divertida. En este último caso les envié un e-mail explicándoles que, por favor, me lo cambiaran por el porcentaje que teóricamente “me tocaría”. Su respuesta, lejos de ser un “hemos cometido un error” era un (resumiendo): ha sido cosa del programa, que supone que no trabajas en el resto del año y este dinero es el único que vas a cobrar, maldito sintecho, soluciónalo con tu propia empresa. He escrito este e-mail de respuesta:

    Teniendo en cuenta que ha sido una decisión tomada por “la gestoría” (como ente abstracto), no entiendo muy bien el proceso por el cual la culpa pasa a ser de “el programa” (como software que parece ser que puede tomar sus propias decisiones, habría que llamar a la prensa de inmediato) y la solución pasa a recaer sobre mí, que no he tenido nada que ver en este proceso de toma de decisiones ni he sido preguntado de inicio sobre cuál era la retención que deseaba.

    El género humano en ocasiones me sorprende por su constante capacidad para echar balones fuera.

    Al final lo he descartado sin enviar, en un insospechado arrebato de madurez por mi parte. Intentaré gestionarlo con mi propia empresa.

    ¿Conversación?

    Últimamente tengo la sensación de que el concepto de “conversación” en Internet está tremendamente sobrevalorado. Los comentarios de los blogs generalmente no existen o no aportan nada.

    Si el blog es pequeño, o incluso insignificante, como este, los comentarios apenas tienen sentido. En neverbot.com recibo bastantes comentarios de hoygans perdidos, en entradas de hace meses, que no vienen a cuento, no añaden información ni preguntan nada. Suelo borrarlos, aunque de vez en cuando dejo alguno, aunque sólo sea porque me haya hecho gracia.

    Por otra parte, los escasos comentarios que podrían dar lugar a algo suelen ser de los parroquianos habituales, con quienes ya tengo contacto por otros medios o incluso en el mundo real (aunque tenga poca utilidad). Aparte de estos, aquellos pocos que tienen contenido, que me añaden algo de información, y que dan (o puedan dar) lugar a una mínima conversación son un porcentaje mínimo de una población total de comentarios ya de por sí pequeña. Casualmente suelen estar siempre en los posts que muestran opiniones más controvertidas, que aquí son los menos y me da pereza sólo de pensar en escribirlos.

    Es decir, que perfectamente podría cerrar el sistema de comentarios y no habría ninguna pérdida. De cualquier modo, los que yo recibo suelen ser comentarios cortos que (me) añaden poca información, por lo que igualmente podrían ser un tweet, así que la poca interacción y feedback que recibo de los lectores no creo que se viese afectada.

    ¿Y en los blogs grandes? Hay un tamaño a partir del cual una página web supera una masa crítica determinada y empieza a recibir comentarios como si no hubiera mañana. A partir de ahí hay tres opciones:

    • Cerrar los comentarios: La opción diva.
    • No hacer nada: la opción de dejar que los trogloditas digan lo que quieran, como suele suceder en las páginas web de los periódicos. Un caos de analfabetos escribiendo barbaridades sin sentido.
    • Intentar moderar, bien sea a mano, con administradores o mediante sistemas colectivos (karma y similares).

    La segunda opción es abominable. Yo me la planteo como un experimento a nivel global para probar si el proceso de los infinitos monos golpeando infinitos teclados llega a producir Hamlet. No parece un experimento concluyente por ahora. La tercera me parece un gasto de tiempo y dinero (bien sea propio o de otros) que no va a ninguna parte. En serio, si alguien quisiera contarte algo realmente interesante te mandaría un tweet (yo lo suelo hacer con absolutos desconocidos), un email (so nineties) o, el más difícil todavía, escribiría algo en su propia página.

    Inciso: Si no tiene página propia será porque quizá considera que no tiene nada interesante que contarle al mundo y/o no tiene ganas de hacerlo. ¿Debería tener ganas de comentar? Naturalmente esto no es así, no es más que otra muestra del 90/9/1. De cada 100 visitantes, noventa sólo leerán, nueve pueden querer comentar algo, y quizá uno quiera crear su propio contenido. Mi experiencia personal dice que realmente ese primer noventa debería ser un 99.

    Por lo tanto me parece lógico que muchas páginas opten por cerrar los comentarios y dejarse de pamplinas.

    Porque seamos serios, una conversación blogger-comentarista no es de igual a igual. Tú tienes una identidad virtual (con nombre real o apodo, es igual) que ha llevado un tiempo construir. Un comentarista pone un nick y dice lo que le parece. Sus palabras y sus opiniones, por estúpidas, inteligentes o temerarias que sean… se las lleva el viento. Quedan en una página extraña, ajena al propio comentarista. La bidireccionalidad no tiene la misma fuerza en ambos sentidos.

    Por no hablar de la falta de conversación real. ¿Cuántos de todos los comentaristas leen los mensajes previos? El texto de los demás se diluye, y al final todos los comentarios son poco más que pequeños telegramas con un origen y un destino más o menos claros, pero donde nadie más presta atención ni participa, aunque todos seamos parte del engaño de que estamos teniendo una conversación.

    Eso si no nos encontramos con la ruptura total de la bidireccionalidad, con todos esos botones de me gusta, digg it, tweet this, menéame, facebook, etc… Toda la interacción y toda la conversación con tu lector es conseguir que pulse un botón. Que no piense mucho y que no muestre su parecer intentando verbalizar algo. Con que ayude a repartir tu mensaje alimentando tu ego nos basta. Que está bien, oye, pero no es una conversación.

    ¿Y por qué se plantea esto alguien que apenas recibe comentarios? Porque estoy dejando de participar en el amago de conversación de otras páginas. Cada vez me cuesta más dejar comentarios en otros blogs o participar en foros (a estas alturas todavía te piden que te des de alta en algo, inconcebible). La tecnología no está de nuestra parte, y creo que hay un gran vacío en cuanto a medios que centralicen conversaciones y ayuden a que el sistema crezca.

    Si dejas un mensaje en un blog ajeno, tienes que acordarte de dónde lo escribiste. Añadir un marcador en algún sitio, seguir un rss, o algo similar. ¿No sería más fácil que el propio acto de escribir un comentario avisase a tu propia página y que esta sirviera como “centralita” de todas tus conversaciones distribuidas? Eso era en lo que yo creía que se convertiría Google Wave, pero con tanto anormal pensando que era una red social, y tanto gurú del carajo vendiendo humo, no pudo ser. Aunque la tecnología era perfectamente válida para eso.

    ¿Y todo este palabrerío gratuito a qué viene? A nada, son los temas en los que estaba pensando. A Internet (así, en general) le falta aún un hervor de usabilidad, y a la humanidad experiencia en cómo compartir información y no sólo transmitirla. Supongo que lo mejor está aún por venir.

    The Lord doesn't work that way

    When I was a kid I used to pray every night for a new bicycle. Then I realised that the Lord doesn’t work that way so I stole one and asked Him to forgive me.

    Level up en la Dirección General de Tráfico

    La página de consulta de puntos de la DGT es una desgracia absoluta. De hecho voy a generalizar y decir que toda la página de la DGT y, en general, todas las páginas de organismos oficiales son una desgracia absoluta. Siendo más concretos, la consulta de puntos hace un año que no me funciona.

    • Si le digo que quiero consultar los puntos con mi DNI, me responde que no estoy en su base de datos.
    • Si quiero dar de alta un nuevo usuario con mi DNI, me responde que ya existo.

    Así que he aprovechado la compra de un lector de DNI electrónico para hacer unas gestiones y he probado a volver a realizar las consultas, esta vez ignorando el tema de usuarios y haciendo la petición con certificado electrónico. Y he encontrado esto:

    Captura de pantalla 2010-08-28 a las 21.25.07.png

    He subido de nivel y ya tengo catorce puntos. Si dieran medallas como en foursquare estoy seguro de que la gente intentaría conducir mejor sólo para competir entre ellos.