Tengo esto un poco abandonado desde el verano, y no es plan, ahora que había empezado a coger algo de ritmo, de parar sin más. Vamos a ello.
- Los 90 de The X-Files.
- Los 2000 de Lost.
- Los 2010 de Game of Thrones.
- Y después, en la era del streaming, ¿qué?.. ¿Stranger Things? ¿The Mandalorian?
Diecisiete años han pasado desde que me dio por registrar el dominio neverbot.com y empezar con aquella incipiente moda de blogear. Ni uno, ni dos, ni tres, sino diecisiete.
Durante el año 2018 lo dejé apartado de forma prácticamente indefinida, hasta que lo retomé a finales de 2022 (por eso no hay entradas para los años 13 a 16).
Aniversarios:
Bupkis (Peacock, 2023, 8 episodios)
Pete Davidson está siempre en la fina línea que hay entre la grandeza y que nos olvidemos de él para siempre. Tiene algún monólogo bastante brillante en plataformas de streaming, alguna película ya como protagonista, y ahora una serie creada por y para él, haciendo de sí mismo en una dramatización de su vida actual que… en ocasiones hasta nos la creemos, porque el pobre tiene toda la pinta de ser así.
Pero es que está Joe Pesci, que ya se había retirado, Edie (Carmela Soprano) Falco, y empiezan a aparecer de cuando en cuando una lista de actores y personajes bastante sorprendente: parte del elenco de Everybody loves Raymond (incluyendo a Ray Romano), Bobby Cannavale, Steve Buscemi, Simon Rex, Jon Stewart, Al Gore, John Mulaney, Machine Gun Kelly… qué sé yo, mucha gente.
Y el conjunto es curioso, pero… algo no me engancha aquí. Según la Wikipedia: The show is described as a “heightened fictionalized version of Pete Davidson’s life”, and has been compared to Louis C.K.'s Louie and Larry David’s Curb Your Enthusiasm. Pero no sé yo. Es que se me queda en tierra de nadie. Desde luego si el actor/personaje no es de vuestro rollo, no lo intentéis.
Mr. InBetween (FX, 2018, 4 temporadas)
Un matón a sueldo de lo que vaya surgiendo, pero contado casi desde lo que podría ser un slice of life. Sus movidas, sus asuntos, sus vainas. Padre divorciado, gestionar las visitas de su hija, conocer a una nueva pareja… y entre medias reventar a alguien por orden de algún mafiosillo de medio pelo, y las consecuencias que todo ello va teniendo.
Sobre el papel tiene todo lo que podría interesarme (esos matones-que-nos-gustan-cuéntame-más que tanto me atrapó con Sons of Anarchy, por ejemplo, aunque con más humor negro aquí), pero a la hora de aterrizarlo no me ha terminado de enganchar y creo que se va a quedar en haber visto la primera temporada.
La serie es australiana, por cierto, por si de primeras os chocan los acentos de los actores. Por culturilla general: es una serialización de una película del 2005 que fue escrita, dirigida y protagonizada por el señor de la foto, Scott Ryan, que aquí vuelve a escribir y protagonizar.
Loudermilk (AT&T Audience, Amazon Prime Video, 2017, 3 temporadas)
Yo de Ron Livingston lo acabo viendo todo, y después de mi enésimo revisionado de Office Space me puse a buscar en qué había estado este señor los últimos años (acabo de ver también su breve papel en The Flash, por cierto), y apareció esto.
Una serie creada por Peter Farrely (la mitad de los Hermanos Farrely) obligatoriamente va a tener muchas cosas interesantes de ver… y en este caso las tiene. Casi hasta el secundario más ridículo, apenas un personaje cliché, acaba teniendo algún episodio centrado en él que te deja con la boca abierta. Hay temas duros (Sam Loudermilk, el personaje protagonista, es un ex-alcohólico que ahora hace de cínico consejero para un grupo de adictos), que a veces parecen cómicos y a veces parecen serios, aunque en la tragicomedia creo que caemos más de lado trágico que del cómico muchas veces, para enderezarse unos minutos después.
Dos temporadas en la plataforma de AT&T hasta que la cerraron, la tercera se emitió en Prime Video y al terminar ha quedado en un limbo del que nada se sabe. Quizá se quede ahí, porque la serie se mueve siempre en un estrecho margen entre la calidad y el tedio, y parece que nunca termina de despegar y alcanzar las cotas que promete. Recomendable pero con reticencias, podéis probar a ver un par de capítulos y valorar.
Como no tengo suficientes cosas con las que perder el tiempo, he empezado a ver Shingeki no Kyojin (Ataque a los Titanes)… en su momento no me llamó la atención porque no me gustaba el tipo de dibujo que veía en el manga, pero… no sé. Ahora le he vuelto a dar un tiento al primer capítulo y allá que voy.
Decía hace poco, hablando de The Big Prize Door, que era fan de Chris O’Dowd desde sus tiempos en The IT Crowd. Y ha querido la casualidad que, buscando información acerca de la serie, recordase que se intentó hacer una versión americana de la serie británica.
Sólo se hizo un piloto que no llegó a ninguna parte, que puede verse online en el Internet Archive.
No sé quién tuvo la idea de usar a Joel McHale para el papel de Roy, pero creo es una de las peores decisiones de casting que he presenciado en la vida. Y eso que Richard Ayoade repetía papel en ambas versiones.
Curioso este otro video en YouTube donde se sincronizan ambas series, que son repeticiones plano por plano con distintos actores.
MyHouse.wad, Inside Doom’s Most Terrifying Mod.
El año que toda la prensa y todos los jugadores va a pasar discutiendo acerca de Zelda: Tears of the Kingdom como el mejor juego del año, ha aparecido algo que está tan por encima que no juega ni en la misma liga.
Un nivel para Doom II. En el 2023. MyHouse.wad.
Tenéis aquí una hora y tres cuartos tremendamente recomendables de documental sobre el nivel, que apareció en los foros de DoomWorld sin hacer ruido ninguno el 3 de Marzo, y según lo ha ido descubriendo la gente, les ha ido explotando el cerebro.
Cada nueva capa sobre capa que iba viendo en el reportaje me dejaba más lóquer que la anterior. Como nota curiosa: a mí ver videos de FPSs me marea como no os podéis ni imaginar. He tenido que ver el reportaje en tres tandas, pero me estaba pareciendo tan interesante que merecía la pena.
Estoy a tope últimamente con las series de ciencia-ficción, y no consigo dar con nada que me llene mínimamente, salvo los revisionados de series clásicas y/o ya contrastadas en calidad. Es que no sé ya ni por donde tirar.
Extrapolations (AppleTv+, 2023, 8 episodios)
Miniserie autocontenida, que siempre está bien. Historias parcialmente relacionadas, con algunos personajes comunes, que nos cuentan posibles resultados de la deriva climática de este, nuestro planeta, a lo largo de las próximas décadas. Algunos actores chachis, otros meh, argumentos que te llevan de la manita con músicas de fondo para dejarte claro cómo tienes que sentirte en cada momento. Que está bien, pero… misma sensación que con Don’t Look Up, si me lo edulcoras todo tanto el mensaje se diluye, e incluso llega al punto de empezar a provocar rechazo, narrativamente hablando: “a ver si acaba esto ya”.
Halo (Paramount+, 2022, 1ª temporada)
Soy muy fan de la saga de videojuegos. Creo que hay ahí un trasfondo galáctico y una historia fantástica para ser contada… pero no es esta. Tarda poco en llegar el momento en el que nuestro protagonista se quita el casco y podemos ver que el argumento de la serie va a estar centrado en una persona y no en una situación.
Nos debería dar igual quién es el Master Chief. Llevamos tres temporadas de The Mandalorian y hemos sabido tres cosas del mandalorino, y le hemos visto la cara cinco minutos, y ni falta que hace. Pero en esta serie no nos están contando la historia de los videojuegos, sino una especie de precuela alternativa (Silver Timeline han llamado a esta versión), y tenemos un personaje que no actúa como lo hemos hecho todos con el mando de la consola, tenemos secundarios metidos con calzador para contarnos otras historias en otros planetas que nos dan igual, y tenemos… ojo, posible spoiler, una historia romántica que no logro entender cómo a quien levantó la mano para proponerla en una reunión de guionistas no lo tiraron por la ventana.
Pero lo cortés no quita lo valiente, y casi me pongo en pie en las pocas escenas que tiene la temporada que sí tienen relación con el juego y son prácticamente calcadas, al grito de “¡Eh, que yo he hecho eso también!”.
Aceptable con reticencias para fans de la franquicia. Un rotundo no para el público general.
The Big Door Prize (AppleTv+, 2023, 1ª Temporada)
Ojo aquí. En la línea de la casa de AppleTv+, cozy series, te deja con buen sabor, hay algo de suspense y algo de comedia. No es brillante pero lo bastante correcta como para atreverme a recomendarla, y el último episodio me sorprendió mucho.
En un pueblecito donde nunca pasa nada aparece un día una máquina expendedora de tarjetas que te dicen cuál es tu potencial en la vida: ser una estrella de cine, un chef, un profesor o un reponedor de supermercado. Y, aún sin saber si está acertando o no, esto empieza a provocar cambios en el pueblo.
Yo siempre seré fan de Chris O’Dowd, por cosas como The IT Crowd, Frequently Asked Questions About Time Travel (un joven yo escribió aquí sobre ella en el 2009), o State of the Union.
Moonhaven (amc+, 2022, 1 temporada y cancelada)
No.
Parezco nuevo. Decorados de cartón piedra, efectos de baratillo, parece una producción del canal Sci Fi de los 90. Las premisas hay que cogerlas con pinzas, los actores son bastante malos y ya en el primer episodio se intuye que esto no va a ir a mejor. Pero un cliffhanger curioso me hizo avanzar (son sólo seis capítulos), para terminar en nada y ver que ha sido cancelada. Y eso que Joe Manganiello, pese a ser un actor terrible, siempre me hace gracia…
No gastéis tiempo en esto.
The Expanse (SyFy primero, Amazon Prime Video después, 2015-2021, 6 temporadas)
Emociones encontradas aquí. Es la segunda vez que intento verla (tuve que volver a empezar desde el principio porque no recordaba nada), y me he vuelto a parar, esta vez en algún momento de la quinta temporada.
Tiene muchas cosas decentes, de Ci-Fi Hard, que la ponen bastante por encima de la media. Pero luego vemos otros detalles, y unas actuaciones lamentables, que quitan las ganas de continuar.
Intentaré terminarla, pero me están entrando más ganas de leer los libros que de seguir viendo episodios.
He recuperado el miniblog, pequeños posts rápidos como si esto fuera un tuiter cualquiera.
Mis mitomanías televisivas por décadas:
Sí, entiendo que Stranger Things pueda estar uno (o varios) peldaños por debajo para la mayor parte de los espectadores, pero en mi humilde (pero infalible) opinión, si se hubiera distribuido a un ritmo de episodio semanal igual que las anteriores, muy probablemente hubiese eclipsado cualquier otro estreno durante sus años y habría dominado (aún más) el zeitgeist televisivo de los últimos tiempos.
Hay muchas razones buenas y malas para discutir acerca de los ritmos de estrenos y las retransmisiones, y seguro que es más cómodo consumir como el espectador desea, pero no podemos negar que el impacto se diluye sobremanera. Netflix no ha sabido explotar esto, que HBO siempre supo y Disney+ sí ha entendido aún llegando mucho tiempo después.
Creo que ya lo he comentado anteriormente en otros lugares: sé que es una trampa fácil caer en la nostalgia de los ochenta, porque los que estamos en los cuarentaytantos estamos en un sector de consumo muy apetecible, por capacidades adquisitivas, por desapego con muchas producciones culturales actuales, por el falso “lo de antes siempre fue mejor” y porque, obviamente, si apelamos a un tiempo en el que teníamos diez años es obvio que en nuestro recuerdo los tiempos eran mejores, porque… lo eran. Cero problemas y cero responsabilidades.
Cuando recuerdas algo, hay una parte de tu cerebro que no sabe distinguir si está sucediendo ahora mismo o no. Si recuerdas algo feliz, sientes una fracción de esa felicidad. Si te ponen música de los 80, estilos visuales de los 80, y temáticas de los 80, y tenías ocho años en aquel entonces, es muy complicado que la nostalgia no te de una suave bofetada envuelta en un guantelete de acero de diez kilos.
Pero yo aquí venía a hablar de mi libro. He consumido cada una de las temporadas de Stranger Things en su momento, con la consabida expectación previa. Pero con esta última, la cuarta, no he podido hacerlo. Ha habido una larga pausa desde el 2019 de la tercera temporada hasta el 2022 de la cuarta, durante la que pasaron un montón de cosas en nuestro mundo real, ¿os acordáis? Algo le ha sucedido a mis procesos mentales durante estos años, en los que muchas cosas se han diluído en el recuerdo, como si hubiera pasado una década en vez de los tres años reales. Lo cierto es que no recordaba nada. Me está pasando con muchas cosas, con libros, películas y series… los argumentos se diluyen y confunden, y sólo guardo tenues recuerdos de las líneas generales.
Y esto, con mi queridísimo Piscis, quiero decir, Stranger Things, no podía ser. Quería ver la nueva temporada como debe ser, recordando cómo habíamos llegado hasta aquí y pudiendo disfrutar cada momento. Y me ha costado meses encontrar el hueco para poder volver a ver las tres temporadas que ya existían.
Así que… aquí estamos. Voy a pegarme un revisionado de Stranger Things desde el comienzo, y así podré por fin ponerme al día. Os contaré cuando termine. Let’s go.