El examen del que hablaba el otro día está aprobado. De modo milagroso, porque lo cierto es que no me daba la impresión de que lo estuviera. Será cosa de esa alineación de planetas que se produce cuando uno está a punto de terminar la carrera y todo se aprueba milagrosamente (o eso me han asegurado varias personas). Más vale que sea cierto, porque antes del Viernes tengo que entregar una práctica para aprobar la que ya sí es oficialmente la última asignatura, y el tema está bastante complicado. Al menos ya no tengo, ni ahora ni más adelante, ningún otro examen. Suena bien, ¿no?