Una mujer y un hombre chocan de frente en sus coches, en un gran accidente, quedando los coches completamente destrozados. Pero increíblemente ninguno de los dos salió lastimado.
Después de salir de los coches la mujer dice: - Ay Dios, mira nuestros coches, no quedó nada de ellos y milagrosamente no tenemos ni un rasguño, ésta debe ser una señal de Dios de que deberíamos conocernos, ser amigos, vivir juntos en paz, y hacer el amor por el resto de nuestros días.
Y el hombre contesta: - Oh si, estoy de acuerdo contigo completamente, ésta debe ser una señal de Dios.
La mujer continuó: - Y mira, aquí hay otro milagro, mi coche está completamente destruido pero esta botella de vino no se rompió, seguro que Dios quiere que nos tomemos esta botella y celebremos nuestra buena suerte.
En eso que le da la botella al hombre, y el hombre mueve su cabeza con gesto de aprobación. La abre, se toma la mitad y se la devuelve a la mujer, que toma la botella e inmediatamente le pone el tapón y se la entrega al hombre, que pregunta: - ¿No lo vas a tomar?
Y la mujer responde: - No, yo creo que es mejor que espere a la policía…