Estos últimos días he recibido en mi casa (por correo “ordinario”, aunque suene medieval a estas alturas de la vida) un par de muestras de publicidad que me parecen mínimamente interesantes, aunque quizá no hayan servido de mucho.
ING Direct (entidad bancaria con la que trabajo) me ha enviado una toallita de tela como las que se utilizan para limpiar las gafas, para que le saque brillo a la tarjeta oro y empiece a usarla. Tienen una promoción especial con dicha tarjeta, tras hacer cinco compras antes del 25 de Agosto te regalan 25 euros en tu cuenta. No es gran cosa, y además la tarjeta no la utilizo ni creo que la utilice, pero el detalle es bonito y la publicidad es ocurrente. Al menos la usaré para limpiar mis inexistentes (desde que me las robaron) gafas de sol. Nota mental: comprar gafas de sol nuevas.
Y Blizzard me ha enviado una copia de The Burning Crusade (expansión de World of Warcraft) para animarme a volver al mundo de Azeroth… con un tiempo gratuito de diez días. Problemas: el de siempre. Pese a que me han enviado una copia gratuita completa, después de esos diez días me requerirían pagar la expansión como si la hubiese comprado en una tienda. Comprenderéis que para eso voy a El Corte Inglés y me la compro con su caja chula. No voy a ponerme en plan fanboy, si lo cuesta seguramente será por algo. Pero considero que con más de ocho millones y medio de suscriptores pagando 13 euros mensuales las ampliaciones podían ser gratis.
A favor:
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Me lo han enviado junto a un texto que pone: “Héroe caído: Con esta invitación para que te unas a millones de jugadores en esta prueba gratuita de 10 días de The Burning Crusade, Blizzard Entertainment tiene el placer de animarte a que desempolves la armadura para luchar contra la Legión Ardiente.” Eso anima a cualquiera.
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Wow tiene un acabado genial que hace que todo “mole”. Te puedes pasar horas jugando sólo por explorar un poco más y ver qué hay en el siguiente país.
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Estaba “relativamente” cerca de las monturas. El “relativamente” es un eufemismo, claro. Me faltaban siete niveles, creo.
En contra:
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Cuando se abrieron los servidores en castellano me mudé a uno, para descubrir rápidamente que no me gusta. La gente habla en una mezcla de spanglish horrendo, por no contar las continuas patadas al diccionario que se pueden leer. Tendría que volver a mudarme a un servidor en inglés y ya no sé si es posible o no.
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La gente con la que jugaba hace un tiempo sigue jugando, pero seguimos teniendo el mismo problema: ellos juegan más rápido. Cuando te quedas atrasado porque el resto de jugadores avanza más rápidamente, el juego se hace aburrido.
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Wow es asquerosamente monótono. Todo el juego se basa en “vete a coger esto y traémelo” o “mata a esos y vuelve”. El que vea más opciones en ese juego es que tiene la vista nublada por la afición.
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Me he cambiado al 100% a Linux y no sé en que estado estará el tema de jugar sobre este sistema. Quizá usando Wine/Cedega podría hacer algo, pero no estoy seguro. Tendría que investigar.
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Sigo esperando por Tabula Rasa.
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Y el más importante: casi no tengo tiempo libre.