neverbot
    Uno menos

    El examen del que hablaba el otro día está aprobado. De modo milagroso, porque lo cierto es que no me daba la impresión de que lo estuviera. Será cosa de esa alineación de planetas que se produce cuando uno está a punto de terminar la carrera y todo se aprueba milagrosamente (o eso me han asegurado varias personas). Más vale que sea cierto, porque antes del Viernes tengo que entregar una práctica para aprobar la que ya sí es oficialmente la última asignatura, y el tema está bastante complicado. Al menos ya no tengo, ni ahora ni más adelante, ningún otro examen. Suena bien, ¿no?

    ¿Y qué?

    Doy por terminada la horrenda semana que me ha tocado aguantar. Hubiese podido ser peor. Conclusiones que sacamos:

    La consideración de la sociabilidad como virtud suprema acabará por matar a la sociedad, en un alarde de justicia poética.

    No me apetece tirar tanto dinero en un alquiler para vivir yo solo, no me apetece meterme en una hipoteca y la panda de desgraciados (sin acritud) que tengo por amigos (y que leen esto, es de suponer) están todos enmadrados o ennoviados (y no sé qué es peor), así que la opción de compartir no existe. La poca gente restante con quien podria compartir piso es gente a quien no se me ocurriría pedírselo. Yo me entiendo. Al final perderé la apuesta de Calle 54.

    Siguen tomando fuerza mis planes de presentar un proyecto propio en el trabajo que, indudablemente, haría que me ascendieran o me despidieran. Fifty-Fifty.

    Y aún me queda una semana de vacaciones que no tengo con quién gastar. Alguna idea hay, pero los planes no acaban de tomar forma.

    Aprovechando que queda poco para el anochecer, me voy a dar una vuelta en moto. Es una de las cosas que siempre me han venido bien para refrescar las ideas.

    Vaya asco de semana

    Happiness…DELAYED
    Love…CANCELLED
    Depression…ON BOARD

    Vaya asco de semana. Lo había mencionado ya, ¿verdad?

    Siempre jugarán con nuestra mente

    Una mujer y un hombre chocan de frente en sus coches, en un gran accidente, quedando los coches completamente destrozados. Pero increíblemente ninguno de los dos salió lastimado.

    Después de salir de los coches la mujer dice: - Ay Dios, mira nuestros coches, no quedó nada de ellos y milagrosamente no tenemos ni un rasguño, ésta debe ser una señal de Dios de que deberíamos conocernos, ser amigos, vivir juntos en paz, y hacer el amor por el resto de nuestros días.

    Y el hombre contesta: - Oh si, estoy de acuerdo contigo completamente, ésta debe ser una señal de Dios.

    La mujer continuó: - Y mira, aquí hay otro milagro, mi coche está completamente destruido pero esta botella de vino no se rompió, seguro que Dios quiere que nos tomemos esta botella y celebremos nuestra buena suerte.

    En eso que le da la botella al hombre, y el hombre mueve su cabeza con gesto de aprobación. La abre, se toma la mitad y se la devuelve a la mujer, que toma la botella e inmediatamente le pone el tapón y se la entrega al hombre, que pregunta: - ¿No lo vas a tomar?

    Y la mujer responde: - No, yo creo que es mejor que espere a la policía…

    No habría reglas

    Si de repente fuera el fin del mundo y se abriera el cielo, no habría leyes, no habría reglas. Sólo quedarías tú y tus recuerdos.

    Dr. Lilian (Donnie Darko, 2001).

    Haced todo lo que tengáis que hacer simplemente por vosotros mismos, no por lo que los demás vayan a pensar. Que no tenga que ser yo, o una película, quien os lo recuerde.

    Reiji Suzuki

    Rope Magic.jpg

    No seas tonto y acaricia la foto

    Fotógrafo especializado en bondage por lo que parece. Al menos lo hace con un mínimo de estilo, alejado de los tópicos del género. Las (escasas) fotografías que no pertenecen a este género son las únicas que me han llamado la atención, como la que os incluyo. Pertenece a la colección Devil Inside [NSFW], aunque el original es en color y ligeramente más grande. Página de origen: Rope Magic [NSFW].

    Vía: SexInArt, como es habitual (otro vertedero de tiempo).

    Complicadas negociaciones

    Esto empezaba ayer tal que así:

    si lees esto y puedes ofrecerme un plan para hoy ya estás tardando

    que acabó transformándose en un plan para salir con varios amigos/as. Como todo en la vida, el plan acabó yéndose al traste, por lo que hubo que pensar rápidamente en algo alternativo.

    Como ya hemos tratado en otras ocasiones, ciertas personas de mi entorno empiezan a ver que “se me pasa el arroz” (Nota mental: dejar de utilizar esa expresión en algún momento futuro)… eso implica que intenten “venderme” de cuando en cuando a alguien. No se en cuánto está la dote ahora mismo. Como el plan de ayer se torció, y había desaparecido la oportunidad que tenían para realizar algún trueque conmigo, rápidamente se decidió otro marco de trabajo donde podían seguir negociando (el mercado de valores de la ciudad vecina aún no había oído el ruido de la campanita).

    Resumiendo para no alargarnos: varias personas intentando deshacerse de mí a cambio de tres cabras y cuatro camellos negociando con una rubita de muy buen ver. Y no sé exactamente cómo el próximo fin de semana hemos terminado quedando en el mismo sitio, para continuar con los acuerdos bilaterales.

    En otro término de cosas, al menos el local estaba bien y todos nos echamos unas risas, con lo que el sábado mejoró mucho. Otras consideraciones sobre otros temas tendrán que esperar aún un poco más.

    ¿El último examen?

    Acabo de terminar el que (supongo) ha sido el último examen de mi carrera. Una optativa perdida de 5º que aún no tenía aprobada. El “supongo” es debido a que ya en Febrero celebré el que debía ser mi último examen pero, desgracias de la vida, una asignatura que daba por aprobada no lo estaba. Teóricamente se aprobaba presentando una práctica (tal y como hicieron en el año previo y a su vez en el previo a éste), por lo que no asistí a clase. Ya, ya sé que fue un error mío y bla bla bla. Así que he tenido que esperar seis meses para poder presentarme de nuevo. Troncales, obligatorias y libre elección estaban aprobadas desde hace un año largo ya. Sólo restaban unos créditos de optativas para este año, que al final se torcieron más de lo deseado en un principio.

    Y la verdad es que me da absolutamente igual. Supongo que, en cierto modo, a lo largo de los años he ido perdiendo la ilusión por tener ese título que tanto quería. No lo he celebrado, aunque me hubiese gustado usarlo como excusa para salir a comer o cenar hoy con alguien, aunque realmente tampoco tengo con quién… Se quedará quizá en algún comentario con los colegas, si es que consigo plan para hoy (espero; seas quien seas, si lees esto y puedes ofrecerme un plan para hoy ya estás tardando).

    Y todo esto asumiendo que está aprobado que, como la experiencia nos ha enseñado desde que el mundo es mundo, quizá sea demasiado suponer.

    Cuánto le debemos a Google

    Yo en particular mucho, principalmente por el hecho de ser una herramienta de búsqueda excelente, pero hay que reconocer que hay quienes le deben mucho más. En particular los protagonistas de la que probablemente sea la más hermosa historia de amor que haya dado Internet como medio de comunicación.

    Vía: LaTejedora en: Cuento de amor y posicionamiento

    Contado por uno de sus protagonistas (Rory Blyth) en: Google, a Girl, and the Coming Apocalypse.

    Os haría un resumen, pero creo que otros lo han contado antes y quizá mejor de lo que yo podría hacerlo (que no me apetece, vamos).