A: Yo cuando vine aquí me soltaron delante del código y ni guías ni leches…
B: Di que sí, es que tu vienes de otra época, aquello de “cuando los hombres eran hombres y programaban sus propios drivers”.
A: ¡Pues claro!
C: Pues es cierto, yo también he hecho algo de eso.
…
D: Pues yo hacía calculadoras en Java.
Basado en una conversación real. He de añadir que los cuatro nos hemos jartao a reír.
A menudo unas pocas horas de “prueba y ensayo” podrán ahorrarte minutos de leer manuales.
Estás con Angelina Jolie. Puedes acostarte con ella, a cambio de que luego Brad Pitt se lo monte contigo como él quiera. ¿Qué haces?
En esto hemos gastado la hora de comer.
Hasta que alguien ha dicho:
- Pues yo me lo monté con ella y no me dijo nada de Brad Pitt…
- Si, claro, eso fue volando sobre la India en un globo tirado por tres dragones, ¿no?
Y hemos seguido trabajando.
El problema de callarte es cómo interpretan otros tu silencio.
Esta semana apenas ha habido posts… he pasado tres días en una especie de seminario sobre comunicación que un psicólogo nos ha impartido a toda la empresa. Cuarenta personas sentadas en círculo en una gran sala hablando sobre un montón de cosas y sobre nada al mismo tiempo. Yo como sólo llevo un par de semanas aquí no he podido aprovecharlo demasiado… aún así ya he dado bastante la nota y creo que todo el mundo me conoce. Es lo que tiene levantar la mano en mitad de la charla del psicólogo y decirle que no estás de acuerdo con su opinión. Quién me mandará abrir la boca.
Han sido tres días sin trabajar, pero he acabado más cansado aún. A mí al menos me ha servido para conocer “más rápido” a todos mis nuevos compañeros, porque de otra forma quizá hubiese tardado mucho más, y seguro que con unos cuantos de ellos aún no habría hablado.
Conclusiones:
Y ahora hay que volver al trabajo (que yo ya ni recuerdo lo que estaba haciendo). Menos mal que ya es viernes.
Durante la mayor parte de mi vida una de las personas más asombradas por mi propio trabajo he sido yo mismo.
Benoît Mandelbrot, padre de la Geometría fractal.
La etapa de Brian Michael Bendis a los guiones de Daredevil fue (en palabras del propio Brubaker que no puedo sino compartir) la mejor que ha tenido ningún personaje Marvel en la última década. Ahí tenía pensado dejar de comprar la colección, para quedarme con un buen sabor de boca, pero el siguiente guionista era Ed Brubaker, así que decicí arriesgarme con el primer número de esta nueva saga, por probar. Un especial de 36 páginas que estoy en la obligación de recomendar.
Un comienzo fabuloso, en el que se nota que el guionista ha estado trabajando duro, tapando todas las posibles carencias argumentales y mostrándonoslo en forma de conversaciones entre los distintos personajes. Recordando como dejó Bendis al personaje: Matt Murdock, abogado ciego, está en prisión preventiva en la Isla de Ryker, acusado de los diversos crímenes cometidos por Daredevil. Porque ponerte una capucha y salir a la calle a partirle la cara a la gente sigue siendo un crimen, independientemente de a quién se la partas.
Foggy Nelson, su socio en el bufete de abogados, trabaja para buscar una solución al problema. Por lo pronto, para intentar acelerar la vista, dado que la vida de Murdock corre serio peligro en prisión, rodeado de un montón de gente problemática a los que él mismo ha metido allí. Gente como Kingpin, Cabeza de Martillo, el Búho, etc. El Director General del FBI está más interesado en dejar que pase el tiempo a ver si hay suerte y se matan entre todos ellos.
Y el primer número termina… bueno, termina muy bien. Es decir, muy mal para los protagonistas, pero termina con lo que yo considero un final prometedor.
El dibujante, Michael Lark, sigue bastante en la línea del anterior, Alex Maleev, con un estilo oscuro y ese toque alternativo que tan bien le viene a Daredevil. No es tan bueno como el anterior, que era un pedazo de artista, pero no está nada mal.
Naturalmente, hay que ver como avanza, porque con un único número para valorar esto podría fácilmente desinflarse, pero comienzos peores he visto muchos.
Crank: Veneno en la sangre (Crank) Mark Neveldine y Brian Taylor (2006)
A un tipo le meten una droga en el cuerpo. Para resumir, la única forma de impedir su muerte instantánea (o, al menos, alargar su vida lo máximo posible) es aumentar sus niveles de adrenalina. Constantemente. Así que todo vale, desde atravesar un centro comercial con un coche, darse a los placeres carnales en mitad de la calle, meterse en peleas y tiroteos, o robar epinefrina en un hospital.
O conducir una moto robada a un policía, haciendo equilibrios sobre el sillín (de pie sobre el sillín quiero decir), vestido únicamente con un camisón de hospital y con una erección permanente… recordad chicos y chicas, antes o después, las drogas pasan factura.
Es una colección de bizarrismo continuo, desde el primer minuto hasta el último. Lo cierto es que con esa premisa inicial podía haber salido algo mucho mejor, pero tampoco está mal. Jason Statham siempre mola.
“I have defied gods and demons. I am your shield, I am your sword. I know you; your past, your future. This is the way the world ends.”
Cortana, en el primer trailer de Halo 3 [ver]
¿Se nota mucho que soy muy fan de Halo? Todos tenemos nuestras debilidades. Aunque yo sigo pensando que Cortana está perdiendo un poco el norte, y quizá no sea del todo recomendable hacerle tanto caso en los juegos… todos sabemos que las I.A. no son muy de fiar en momentos de presión. Y si no que se lo digan a la Teniente Ripley en Alien.
Actualización: Estaba yo pensando (sorprendente, lo sé) y me he acordado de que estas frases no son del anuncio emitido en la ESPN (al que enlazaba antes de editar), sino del primer trailer que se publicó durante el E3 del 2006. Los dos pueden verse en la misma página indicada más arriba. El original es muy bueno, el realmente espectacular es el segundo que hicieron.
Ayer no hubo recomendación del lunes porque las temibles hordas invasoras del consumismo me atraparon en la cola de cajas del Media Markt. Parecía el metro en hora punta. Las colas daban la vuelta sobre sí mismas, convirtiéndose en una especie de botella de Klein donde ya no había diferencia entre quién estaba dentro y quién fuera de la cola.
Lo peor de todo es que no iba a comprar nada, pero acompañé a un amigo “por si encontraba algo”…
Primera temporada de Prison Break, mando inalámbrico (oficial, por supuesto) de XBox 360, Lost Planet: Extreme Condition y Ninety Nine Nights. Qué forma más curiosa de hacer desaparecer dinero.
Ya os contaré algo sobre los juegos cuando tenga tiempo de probarlos, que será aproximadamente cuando vuelva a pasarme el primer Halo. Lo de rejugar un videojuego es algo que hago rara vez, pero éste lo merece. Además, el paso de 14 a 42 pulgadas se hace notar. Ya casi ni recuerdo nada del juego, de hecho creo que aún no he llegado ni a la mitad (que debe ser aproximadamente la liberación de los Flood), pero debo andar cerca.
Después del Halo vendrán estos juegos (empezando muy probablemente por Lost Planet, que la demo me pareció increíble), y después Halo 2. Espero haber comprado para entonces alguna edición internacional en inglés, porque no me apetece volver a jugar a la edición “neutra” del “nesesito un arma”.
