Crisis existencial superada. Aviso a navegantes: historia completamente personal (saliendo un poco de la tónica del blog), y susceptible de ser borrada si cambio de opinión. Si no os interesa podéis ignorar esta entrada, volveré al ritmo de posts habitual en breve.

Los últimos meses han sido un poco complicados… a algunos temas personales ha habido que añadir el hecho de que he dejado mi trabajo y he visto como la relación sentimental que me ha tenido ocupado todo el año se ha terminado. Los dos últimos puntos, como algunos sabéis o suponéis, han estado parcialmente relacionados, aunque la decisión de dejar la empresa en la que estaba fue previa. Bastante previa.

¿Por qué escribo sobre esto? Porque hasta hace poco no quería que determinadas personas de mi entorno (laboral) supieran nada sobre mí a través de este blog. Aunque probablemente tampoco habría escrito gran cosa, ya que no soy mucho de escribir sobre temas personales, el hecho de “no poder hacerlo” me estaba reconcomiendo… y el blog es mío y me lo f… Pues eso, que escribo de lo que me da la gana, que ya es algo personal.

En mi trabajo anterior me he visto en una situación de completa desprotección frente a la empresa, donde paulatinamente han ido rompiendo todas y cada una de las promesas que me hicieron en su momento, hasta encontrarme en un punto donde no había cobrado lo que consideraba correcto, no se me iba a subir el sueldo (pese a las promesas en ese sentido), perdía derechos supuestamente adquiridos y se me empezaba a infravalorar de un modo alarmante. Naturalmente, en varias reuniones con diferentes escalafones de la pirámide jerárquica lo que ellos me decían era todo lo contrario, que mi trabajo era estupendo y que estaban muy contentos conmigo y blablabla… lo que indicaba una clara contradicción y me animaba a llevarme una escopeta y que aquello terminase peor que Puerto Hurraco.

Así que decidí dejar la empresa. Como tampoco era una situación alarmante, busqué sin prisas, dejando algún C.V. en empresas concretas, esperando que apareciera alguna realmente interesante. Donde estaba siempre me decían que tuviera paciencia, que esperara un mes más, que etc. etc. Y como soy un gañán que siempre intenta pensar lo mejor de los demás, me lo iba creyendo e iba teniendo paciencia.

Si estás trabajando en un sitio donde no te valoran, te aburres, cobras poco, y estás todos los días obligado a “compartir espacio vital” con quien has estado conviviendo hasta hace poco, pues… te agobias y te estresas. No se si adjudicarle el concepto de mobbing, pero desde luego estaba cerca. Es decir, no había ninguna razón más importante que las demás, pero el todo como conjunto me quitaba las ganas de ir a la oficina cada mañana. Y para estar trabajando así, lo mejor es dejarlo.

Por lo tanto, entregué mi carta de dimisión, en la que indicaba que me tomaba el tiempo de preaviso de vacaciones (que no había disfrutado en todo el año) y me largué. Tenía pensado dedicarme durante un tiempo a terminar mi proyecto de fin de carrera, manteniéndome con un dinerillo que tengo ahorrado (poco) pero, cosas de la vida, a la mañana siguiente a haber dejado el trabajo me llamaron de uno de los procesos de selección que tenía pendientes para decirme que me cogían. Me parecía un proyecto interesante y ahí estoy desde hace no mucho, aprendiendo alguna tecnología nueva y tal y cual. Contento por haber tenido el valor de dejarlo sin tener otro contrato, y a la vez contento por el trabajo nuevo. Dos por uno.

Era lo mejor. Como suele decir un amigo mío: “cuando has intentado todo lo que estaba en tu mano para que las cosas funcionasen, no puedes sentirte mal”. Me había acostumbrado a un modo de vida que era nuevo para mí y después de eso vivir solo se me hacía cuesta arriba, pero se hace lo que se puede. Quizá es que me estoy haciendo viejo… aunque lo de volver a “entrar en el mercado” asusta un poco, la capacidad para asumir estas cosas va aumentando con el tiempo y la experiencia. Siempre me ha costado mucho asumir que algo no funciona… Me rindo a rendirme, que decía House. Supongo que porque es más fácil lo malo conocido que lo bueno por conocer, dejarte llevar por la inercia de la situación en que estás pese a saber que es mejor buscar pastos más verdes. Ahora que empiezo a tener un poco de perspectiva, es obvio que era lo mejor. Cuando las cosas no funcionan…

Y el trabajo, pues… ahora me pagan más, tengo mejores condiciones laborales, mejores métodos de trabajo y la gente parece maja. Dentro de poco tenemos una fiesta por un cumpleaños y la semana que viene partido de fútbol. No he salido perdiendo, desde luego.

¿Qué más se puede pedir? Pues volver a darle caña al blog y subir otro puntito de PageRank, a ver si no tardo demasiado.