“Sólo quiero una vida sin gilipolleces.”
Es Sábado por la noche, son las tantas de la mañana y he gastado (estoy gastando de hecho) la madrugada en ver películas, una detrás de otra sin parar. He escogido mal el tema de fondo de todas ellas, de forma que he creado algun extraño hilo conductor argumental. En todas, antes o después, la chica aparece en el portal del chico, coincidiendo con alguna hermosa canción de fondo, y creando una extraña situación, una única oportunidad, en la que todo parece ser posible si consigue hacer que sea el corazón el que hable por él. Parece ser que yo tengo una increíble facilidad para esto último, pero la premisa inicial aún no me ha ocurrido con nadie. Nunca.
Supongo que las cosas no suceden así en el mundo real.