Hoy es mi último día de trabajo en mi curro actual. Hay múltiples razones para el cambio, entre las que se encuentran un mejor sueldo, un trabajo más cerca de casa, un proyecto más interesante, compañeros de trabajo (a priori) más cualificados (que no es que los que están aquí sean malos, es simplemente que aquí no hay informáticos) y el no poco significativo hecho de que aquí… me aburro. Prueba de ello es que durante los últimos meses la media de posts diarios ha sido bastante decente.
Pero las verdaderas razones son éstas:
Cualquier componente de software refleja la estructura organizacional que lo produjo. Ley de Conway (enunciada en 1968)
Programs should be written for people to read, and only incidentally for machines to execute.
El punto dos no se cumple, y el punto uno refleja una estructura organizacional tan exageradamente caótica que hace que el código sea ilegible, con modificaciones que vienen de laboratorios situados en tres países diferentes y… bueno, pues eso. Que la gente es genial, pero el producto que se está haciendo es horrendo.
Como dice un compañero de trabajo que mejor mantendremos en el anonimato:
Aquí hay mucho jefe para tan poco indio.