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    Un par de preguntas para saber si compartes tu vida con la persona correcta

    Creo que es el título de post más largo que he escrito hasta hoy… pero vamos al tema. Antes o después (mejor si es después) uno acaba preguntándose si está compartiendo su día a día con la persona adecuada. Hay quienes necesitan tener muchas cosas en común con su pareja para sentirse cómodos, mientras que otros no necesitamos ni queremos ser demasiado parecidos (si no las conversaciones acaban haciéndose monótonas), pero está claro que algunos puntos coincidentes hay que tener, o estaremos perdiendo el tiempo.

    Hoy, en su faceta de labor social, esta web os va a proporcionar las preguntas clave que debéis haceros para estar seguros de que todo está funcionando correctamente:

    ¿John o Paul? Respuestas aceptables: Lennon o McCartney. Respuesta inadmisible: no me gustan los Beatles. Creo que esta pregunta define claramente todos los gustos musicales y artísticos de una persona.

    ¿Bond favorito? Respuestas aceptables: cualquiera de los actores que han interpretado a James Bond (Sean Connery, George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y Daniel Craig). Respuestas malas: Alguien que haya interpretado a Bond en alguna producción televisiva (como aquella en la que aparecía Peter Sellers, por ejemplo). Respuesta inaceptable: No me gustan las películas de James Bond. Aunque pueda parecer una tontería, esto puede dejar bastante claro tu forma de ver el mundo y, sobre todo, define claramente tu estilo.

    ¿Cuáles son vuestras respuestas? ¿Coincidís con vuestros/as respectivos/as?

    ¿Podría un sable láser matar a Superman?

    Esa es la pregunta que se hacen en microsiervos, donde incluyen una encuesta en la que un montón de personas están pulsando el sí. Inconscientes.

    A bote pronto se me ocurren tres formas distintas en las que el personaje de Superman podría ser derrotado. Cualquier otra que se os pueda ocurrir, por favor a los comentarios.

    La primera de todas ellas es la obvia, pura fuerza bruta. Vistos los verdaderos animales que existen en el universo DC (donde existe Superman) está claro que la cantidad de fuerza a aplicar es tan descomunal que la opción del sable láser queda descartada… a menos que lo empuñara alguien cuya fuerza bastara, pero en ese caso el sable se desintegraría exactamente igual que la víctima.

    La segunda es el método que yo realmente utilizaría si fuera un villano de DC, y es usar la magia. Superman es tremendamente débil ante objetos mágicos… y en cualquier momento que fuera necesario Wonder Woman le rebanaría en miles de trozos con su espada (un regalo de Hefesto, tan afilada que puede cortar los electrones de un átomo). Pero los sables de luz no son mágicos, así que tampoco cuenta.

    Y la tercera es mucho más lógica y es la kryptonita, con la que podría debilitarse o incluso llegar a morir. Lógicamente entonces un sable láser le mataría, pero exactamente igual que una pedrada en la cabeza, así que la virtud no es del arma en concreto. Existe una posibilidad no conocida por mucha gente, que es la de variar los cristales con los que se construye un sable láser (estoy quedando muy de freak total, pero si nos ponemos en serio, nos ponemos en serio).

    Los sables láser se construyen con unos cristales que antes de las nuevas películas tenían un nombre muy chulo que no recuerdo pero ahora hay decenas distintos. No sería descabellado pensar que podría diseñarse uno utilizando en su interior un trozo de kryptonita. Pero siendo realistas me parece que es un tipo de mineral excesivamente inestable como para utilizarlo en algo así.

    Sí, sé que acabo de intentar dar un razonamiento científico a algo tan estúpido como el tema que nos ocupa, pero esto ha sido lo que ha cruzado mi mente cuando he visitado microsiervos… esto es lo que hay. Nunca te acostarás sin saber una cosa más.

    Clásicos de ayer y hoy: Evolution of dance

    Iba a incluir el famoso vídeo del canon de Pachelbel, hasta que he recordado que eso ya lo publiqué hace tiempo, así que he tenido que ponerme a buscar otra cosa

    Dado que ya estaba con un tema musical, pasamos al baile, así que aquí os dejo este clasicazo de youtube (visto 73 millones de veces) con un repaso de seis minutos que merece ser visto desde el primer segundo hasta el último.

    Ranking de blogs de Alianzo

    Hace como un millón de años di de alta el blog en el ranking de Alianzo, no recuerdo por qué razón. Hice un borrador de post que únicamente contenía la imagen con el contador de posición, y ahí se quedó. A nadie le importa (ni a mí), pero me molestaba tener ese borrador desde hace tanto tiempo, así que lo dejo publicado. Aquí se puede comprobar el estado.

    Me gusta / No me gusta (IV)

    No me gusta:

    Perder casi todo el día de trabajo porque algún inepto ha realizado modificaciones en el modelo de datos de una aplicación y no se lo ha contado a nadie. Llegar a casa y hacer dos coladas y planchar una tercera. Ha sido un día perdido que jamás recuperaré.

    Me gusta:

    Que al hacer una de esas coladas te des cuenta de que puedes aprovechar para echar a lavar lo que llevas puesto… y una vez emancipado puedes quedarte en bolas en la cocina que a nadie le importa.

    Este fin de semana estuve viendo el partido Estudiantes - AXA Barcelona de la liga ACB. En el estadio Madrid Arena, claro, si lo hubiese visto en televisión tendría poco que contar. Exceptuando un partido de los Harlem Globetrotters al que asistí siendo un crío, era el primer partido de baloncesto que veía “en directo”. No os rasguéis las vestiduras, siempre me ha gustado el deporte, pero nunca me ha llamado ir a verlo a los estadios, la comodidad del salón de una casa y una retransmisión televisiva pueden conmigo.

    El caso es que en la tele parecen un montón de machotes hechos y derechos jugando a un deporte de élite. En la pista parecen un montón de críos imberbes peleándose por un balón. Todos eran más jóvenes que yo. Sigo prefiriendo verlo por televisión, aunque a lo mejor vuelvo para ver al TAU. El partido fue bastante malo, por cierto.

    ephPod

    Yo en mi casa prácticamente no utilizo Windows para nada (sólo lo tengo instalado en el portátil que tengo enchufado a la tele del salón, y por cuestiones puramente lúdicas), así que todo el software que utilizo para manejar el iPod es bajo Linux. Hoy estaba en el trabajo y me han pedido un par de canciones, y juro y perjuro que no sabía qué software hay que utilizar para manejar la base de datos del iPod (para los profanos: no es un reproductor al uso, no vale con arrastrar canciones sin más, el aparato se hace una estructura de directorios propia renombrando archivos para hacer muchas cosas bastante útiles con ellos, otro día lo cuento).

    Obviamente iTunes funcionaría, pero como no sé si Apple mete temas de DRM en todo su software o no, he optado por probar otras cosas antes. Algo había leído sobre algún plugin de Winamp, pero antes de encontrarlo he visto ephPod, que es lo que me he descargado. Es una aplicación bastante ligera que he puesto a funcionar en unos segundos y ha cumplido perfectamente, así que la recomiendo.

    Si conocéis opciones mejores (por si tengo que repetir esta tarea) por favor, a los comentarios.

    Hace una semana de mi último post, lo siento, lo siento, lo siento. El lunes cambié de oficina, me han desplazado con un cliente para un caso de emergencia… tienen la fecha de entrega encima y han decidido pedir refuerzos. En fin. En informática meter gente nueva en un proyecto cuando se está cerca de la fecha de entrega es un suicidio, pero es su suicidio, no el mío.

    Por si eso me hubiese traído pocos transtornos, me he comprado un juguete nuevo y llevo toda la semana liado con varias cosas, ya os contaré. Y el poco tiempo que queda libre de eso, pues… bueno. Ese tiempo está para otras cosas. No he vuelto a tocar ningún juego desde hace semanas, ni he empezado a darle caña a la Burning Crusade. Esto es una verguenza. A ver si se estabiliza este ritmo un poco y tengo más tiempo.

    Cuestión de perspectiva

    Cuando te veas enfrentado a una decepción o a una pérdida, formúlate esta crucial pregunta: ¿qué importancia tendrá dentro de diez años?