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    Pensamientos revolucionarios

    La gripe sigue intentando acabar conmigo, pero no caeré sin lucha. Además, me da bastante igual, en las últimas dos semanas mi vida ha cambiado de un modo bastante radical aunque desde fuera no lo parezca demasiado, así que tengo la cabeza en otras cosas.

    Profesionalmente parece que incluso me toman en serio… ayer participé en un proceso de selección (desde el otro lado de la mesa), así que intuyo que hay quienes creen que mi opinión podría ser relevante. Es sorprendente cómo se vive una entrevista de trabajo desde el otro lado, cómo puedes pararte a pensar en cómo actúa el entrevistado, cuándo se pone nervioso, en dónde puede flaquear, etc. Tengo que hablar con los responsables de recursos humanos de mi empresa, porque quiero aprender más del tema.

    Y en lo personal, por una casualidad que puede ser más aplicable a una conjunción de planetas que otra cosa, hace un par de semanas conocí a alguien… a quien no he vuelto a ver y probablemente no volvamos a coincidir jamás (para mi desgracia)… y el caso es que me sorprende cómo el simple hecho de conocer a según qué personas puede hacer que los recuerdos de otras se diluyan y dejen de tener importancia.

    Impacta ver cómo ese valor que le das a alguien en un momento de crisis es tan increíblemente relativo, y cómo la desaparición de todos esos sentimientos que crees anclados en lo más profundo de tu ser puede ser mucho más rápida de lo que parecía en un principio. El pensamiento fluye y te sorprendes a tí mismo con aquello de “uy, hacía tiempo que no me acordaba de ella”. Este último pensamiento sale de un post de este mismo blog de hace ya mucho, mucho tiempo, que por pereza no voy a ponerme a buscar.

    El caso es que pasan los días y te encuentras pensando en una persona con la que sólo has compartido unas horas y… bueno… digamos que estoy en esa fase en la que uno se debate entre el sentimiento de “las mujeres son el mal™, olvídate ahora que vuelves a disfrutar de tu soltería y tienes planes todos los fines de semana”, el otro de “sólo me fijo en una persona de cada doscientas que conozco”, aliñados con una pizca de “tampoco tendría por qué ser algo complicado”.

    Y, desgraciadamente, me he pillado in fraganti con un pensamiento revolucionario que no recuerdo haber tenido hasta ahora: “aunque no pase nada, me ha llamado lo suficiente la atención como para querer que seamos amigos”. Argh. Voy a tener que cambiar el diseño de la página para añadirle más rosa.

    Vivir en el centro del universo

    Vivo en el centro del mundo mundial, o al menos esa es la conclusión que saco ahora que se acerca la navidad y paso por mi (nuevo) barrio. Todas las calles alrededor de mi manzana son consideradas dignas por el ayuntamiento, así que tenemos lucecitas colgadas de un lado al otro de la calle, cosa que no me pasaba desde que vivía en Barcelona, también en una zona bastante céntrica.

    Desgraciadamente (no todo podía ser perfecto) son calles consideradas tan dignas que han tenido a bien hacer cortes esporádicos dependiendo del día, que impiden circular por la zona y acercarme o aparcar donde vivo. Si hoy vuelven a intentar impedirme entrar en mi calle probablemente tenga un percance con los agentes de movilidad. Atentos a los periódicos de mañana, por si aparezco.

    Sólo para informáticos: En Soldat’s Log me encuentro con una metodología de trabajo que es, cuanto menos, sorprendente. Los bugs encontrados relacionados con una determinada funcionalidad se ignoran. Cuando son demasiados, la funcionalidad entera se reescribe desde cero y, mientras tanto, el programador permanece entretenido programando otras funcionalidades, donde teóricamente radica la diversión. A priori parece una tontería, pero se me ocurren cierto tipo de proyectos, sobre todo de código abierto con múltiples desarrolladores asociados durante pequeñas partes del ciclo de vida del software, en los que seguramente podría dar buenos resultados.

    Informe sanitario: tirando

    Llevo desde el domingo con un gripazo de tres pares de… bueno, con un gripazo poco divertido. No sé ni qué hago en el trabajo, pero alguien tendrá que levantar este país para que los vagos que estáis todo el día navegando por internet no tengáis que hacer nada.

    Lo más interesante que ha pasado desde entonces es que ya tengo mi V3xx y mi contrato de Yoigo funcionando, así que ya os contaré según vaya trasteando. Por ahora lo que he aprendido es: el software que incluyen los teléfonos para hacer cualquier cosa con ellos no vale un pimiento. Algo tan sencillo como pasar la agenda de un teléfono a otro es imposible. Y no me deja enviar todos los archivos que haya en la memoria en una única operación Bluetooth. Tendremos que usar la típica táctica de copiar todos los contactos del teléfono a la nueva SIM y de ahí al nuevo teléfono… gracias a que mi móvil original es libre. No me gustan las tecnologías que no hacen más que impedir al usuario hacer lo que quiere.

    En AnaitGames han utilizado para su imagen de cabecera (que acaban de rediseñar) la misma fuente que hay aquí, HamburgerHeaven. Hacía mucho que no veía esa fuente en ningún otro sitio. Creo que esto va a ser lo más interesante que voy a poder contaros hoy, despues de salir ayer de fiesta hasta las tantas y hoy tener que madrugar para el último día de trabajo de la semana.

    Ya he puesto en hora la página, que estaba adelantada… espero que no haya viajes en el tiempo en los comentarios, creo que hace un par de horas del último, así que no se debería notar. ¿No hay algún plugin de Wordpress que haga los cambios de hora automáticamente? Porque nunca me acuerdo de cambiarla.

    Me gusta / No me gusta (II)

    Me gusta:

    Que cuando una fiesta se está volviendo insoportablemente aburrida y te hace plantearte el hecho de recluirte en tu casa por siempre jamás, aparezca una persona desconocida y te alegre la noche. Y si tiene los ojos que tenía mi ejemplo, vale por dos.

    No me gusta:

    Tener una idea genial en mente para incluir en el apartado de “no me gusta” y que se me olvide mientras estoy escribiendo… ¿me estaré volviendo optimista?