Hoy escuchaba el telediario mientras comía (no es habitual… el telediario, lo de comer sí es habitual) y daban la noticia del Premio Príncipe de Asturias para (ex aequo supongo) Ray Tomlinson por el e-mail como protocolo de comunicaciones.
Inciso: y no por “inventar la arroba” como decían en los titulares, en un alarde de simplificación absurda. Se le ocurrió utilizarla para separar el nombre del receptor y del servidor en las direcciones de correo, pero es un símbolo que con diez segundos de búsqueda ya he visto en escrituras del siglo XVII.
El caso es que se ponen a dar la típica noticia demagógica sin fondo ninguno que termina con la típica mirada cómplice de la presentadora diciendo: “Y no se le ocurrió patentar su idea”.
Ya decía el otro día que me da la impresión de que la carrera periodística está tremendamente sobreestimada, si gente con esta estrechez de miras redacta las noticias de un noticiario a nivel nacional.
Gracias a que esas ideas no fueron patentadas, sino puestas en común con el resto del mundo en forma de documentos abiertos, como pueden ser los RFCs y similares, hoy día están extendidas, y sirvieron para que otros construyeran encima otras maravillas de la comunicación moderna, standing in the shoulders of giants…
Si hubiera patentado algo, lo habrían implementado cuatro tipos y hoy día desde luego no tendría el verdadero premio, que es el del reconocimiento de sus iguales.