Este post forma parte de una serie sobre la filmografía de Kevin Smith, es recomendable empezar por ahí.

Cuando hablamos de Kevin Smith, lo primero que se nos viene a la cabeza son diálogos llenos de referencias frikis, bromas subidas de tono con chistes de culos y tetas, y ese rollo irreverente que convirtió a Clerks y Mallrats en clásicos de culto. Pero Jersey Girl es otra cosa. Aquí Smith dejó (un poco) de lado el humor ácido y decidió ponerse sentimental en el 2004 con una película inesperada sobre paternidad, pérdidas y nuevas oportunidades. Podemos ver que sigue siendo él, pero algo más blandito.

Jersey Girl

Ben Affleck es el protagonista: publicista de éxito en la gran manzana, matrimonio feliz (con una Jennifer López con pocos minutos de metraje) y va a ser padre cuando el drama sobreviene con una serie de catastróficas desdichas y lo pierde todo, volviendo a vivir en New Jersey en casa de su padre, con una niña recién nacida y viudo. Fast-forward siete años y lo que ha cambiado la vida, y ahí se desarrolla la película.

La sorpresa total es Raquel Castro, que interpreta a su hija y se lleva la película como si fuese la estrella, con escenas que roban la atención; pero no la busques mucho porque no ha vuelto a hacer ningún papel relevante. Liv Tyler no tiene un papel enorme, pero le da el toque de temas KevinSmithianos y el interés romántico. La química entre todos es lo que hace que la película funcione. Puntos para George Carlin como padre de Affleck, que es un humorista al que por aquí conocemos poco para lo que deberíamos, y cumple con creces.

En su momento la película quedó marcada de doble manera: para el público general por el ruido mediático por la relación entre Affleck y López (Bennifer), y para el público de Kevin Smith por ser algo distinto a lo que se esperaba. Dejando a un lado el haterismo, Jersey Girl mantiene el tipo decentemente sin ser ninguna maravilla, y a poco que te guste el cine romántico de los 90 y los 2000 te va a gustar. Sin ser la joya más brillante de la filmografía de Smith, tiene un poso de alma, y eso ya es más de lo que muchas películas pueden decir.