Me he apuntado con dos compañeros de promoción en la CUPCAM de este año… esto me da un +2 en frikismo y un -10 en sex-appeal. Este bonito acrónimo responde a “Concurso Universitario de Programación de la Comunidad de Madrid”, y participan en él equipos de todas las universidades públicas (es decir, las de verdad) de la Comunidad de Madrid (a saber, Complutense, Politécnica, Autónoma, de Alcalá de Henares, Carlos III y Rey Juan Carlos).
El año pasado los mismos tres caballeros nos presentamos al ACM ICPC, en concreto a la fase local correspondiente a la Universidad Politécnica. Ganamos, claro está, el mero hecho de que hayas dudado ya me ofende. Por una desgracia en las normas no pudimos pasar a la siguiente fase (la europea, con viaje a París incluído), pese a haber ganado, porque las normas de admisión eran diferentes, y superábamos por 7 centímetros el tamaño máximo de pene admitido. Nos pasa a menudo.
Generalmente la cupcam es algo completamente diferente y sin relación, pero este año los clasificados en los primeros puestos del ACM ICPC de la politécnica quedaban clasificados para ambas cosas (la tontería europea a la que no podemos ir y la cupcam). Así que nos apuntamos nuevamente. Por circunstancias del destino que tampoco vienen al caso ahora mismo, quedamos clasificados sin tener que hacer nada.
Así que hemos ido al concurso, que empezaba hoy con una jornada de presentación y entrenamientos. En los entrenamientos hemos quedado quintos entre 27 equipos (supuestamente la creme de la creme), y teniendo en cuenta que hemos estado riéndonos y pasando un buen rato sin tomárnoslo en serio, no está mal.
Los participantes eran para verlos. A mí a veces me llaman friki, ya se sabe, por eso de que uno tiene sus filias, pero esta gente son los típicos prototipos de “informático” tal y como aparecen retratados en las series y películas americanas. Añadámosle que la mayor parte son críos de primeros cursos y podréis imaginaros la fauna que nos rodeaba. Nuestro grupo se compone de dos personas a quienes sólo nos falta el proyecto para ser ingenieros y uno que ya está estudiando el doctorado. En fin, supongo que será cosa de la edad y se les irá pasando a todos poco a poco. Seguramente nosotros eramos igua… dejémoslo en, como mucho, parecidos. No, estoy siendo condescendiente. No creo que nos pareciésemos en nada. En fin, que me voy del tema.
Los premios son suculentos, los primeros que resuelvan un problema se llevan tres iPods. Y en la clasificación final, primer puesto tres portátiles y tres becas en IBM, segundo puesto con tres PDAs y tercer puesto con tres PSPs. Probablemente no nos llevemos nada, pero por probar que no quede.
Mañana es el concurso de verdad, con problemas sensiblemente más complicados (espero) y ya veremos lo que sucede. Os mantendré informados.
Actualización (el día después):
Ha estado entretenido. No nos hemos llevado ningún premio pero no lo hemos hecho mal, y con un poco más de suerte podríamos haber acabado en podio. Dos problemas resueltos, un tercero resuelto pero que el corrector automático se negaba a aceptar y un cuarto que sabíamos cómo hacer, pero ya lo dejamos porque no había diferencia entre resolver dos o tres. Resolver cuatro creo que ya sí habría sido premiado, aunque no estoy seguro porque durante la última hora el ranking ya no se muestra a los concursantes.
Una de las peculiaridades de este tipo de concursos es que las correcciones son automáticas, y un ordenador te dice si tu problema está bien o mal. En caso de estar mal no te da ninguna pista acerca de la razón. Puede incluso decirte que la ejecución “peta” pero no dónde, cómo, cuando ni por qué. Desgraciadamente, sin tener ninguna pista sobre la batería de pruebas que el ordenador hace pasar a nuestros problemas, no hay forma de suponer dónde está fallando, aunque arreglar eso habría sido, probablemente, cuestión de tocar dos líneas. Probablemente algún caso extremo que no se nos ocurrió.
Teniendo en cuenta que éramos más grupos que en los entrenamientos (más de una treintena de grupos de tres personas cada uno), y que un porcentaje bastante amplio no fue capaz de resolver ninguno, no estuvo mal. Sobretodo porque hay equipos que… ¡entrenan!, mientras que nosotros simplemente nos juntamos y fuimos a ver qué tal se nos daba. Fue divertido y nos estuvimos riendo un buen rato. Hasta nos cogieron de modelos para hacer fotografías del evento. Es lo que tiene el carisma.
Y de regalo una camiseta (para que todos pareciéramos igual de frikis), unos detalles promocionales de uno de los patrocinadores, desayuno y comida. Aunque pasamos de la comida y nos fuimos a un McDonald’s, que ya bastantes años hemos pasado comiendo en esa universidad como para seguir haciéndolo. Creo que matemáticamente aún podríamos participar en la del año próximo, aunque ya seríamos los abueletes de la competición… mejor no doy ideas que estos dos son capaces de decirme que el año que viene volvemos.